proyectos.macg on 18 Dec 2000 02:04:48 -0000


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[nettime-lat] Fwd: <nettime> carta abierta sobre .museum


les envio la carta de ippolito traducida al espa�ol por babelfish de altavista. creo que es importante sus puntos y talvez haya algo aqui que discutir. 
saludos, m
www.enconstruccion.org
ps: abajo esta la carta original para cualquier revision 

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el 4 de diciembre 2000 
Una carta abierta al presidente de Cary Karp ([email protected]), director de la asociaci�n de la gerencia del dominio del museo, departamento de la tecnolog�a de informaci�n, museo sueco de la historia nacional 
El Dr. Querido Karp: En una �poca del cambio acelerado, las decisiones peque�as pueden tener efectos de gran envergadura -- y ese hecho me obliga a que exprese una perspectiva, fuera de mi capacidad oficial como Curator auxiliar de los artes y no no necesariamente de representar de los media la posici�n de mi museo, que no he visto ventilado en el discusi�n hasta el momento. Como usted sabe, incluso tan inocente una opci�n como c�mo nombrar sitios del Web puede dirigirnos suavemente hacia una sociedad m�s abierta o m�s cerrada. Tome la decisi�n reciente de ICANN, el Internet Corporation para los nombres y los n�meros asignados, para agregar nuevos sufijos de dominio brillantes al viejo " org polvoriento " y a sus pares -- los primeros tales adiciones al espacio de nombres de Internet desde los a�os 80. Como fuerza impulsora detr�s de la oferta del museo del dominio de la asociaci�n de la gerencia de un sufijo del " museum ", usted debe haber estado muy contento en la aprobaci�n de ICANN's del museum junto con " info, " " coop, " y cuatro otros dominios gen�ricos del nivel superior. Proponiendo reservar un sector del espacio de nombres de Internet espec�ficamente a los museos, usted y sus colegas han mostrado que usted entiende los museos profundos de los revestimientos de la crisis de la identidad en el amanecer de la edad digital. En un mundo donde los artistas, los m�sicos, y otros productores pueden golpear ligeramente en el Internet para alcanzar a una audiencia far-flung instant�neamente, es comprensible que las instituciones del ladrillo-y-mortero estar�an impacientes por redefinirse m�s all� de sus papeles anteriores como dep�sitos centralizados de la cultura. De mi perspectiva dual como un artista en l�nea y curator nuevo de los media, me convencen de que esta redefinici�n es esencial para el sustento a largo plazo de ambos museos y del patrimonio cultural que se cargan con preservar. 
Por supuesto, usted no puede redefinir un diagrama de las propiedades inmobiliarias -- geogr�ficas o virtuales -- sin la redefinici�n de los estados de sus vecinos. Con todo una pregunta que no he visto discutido en el discusi�n p�blico es c�mo la adici�n de un sufijo del museum pudo afectar la creatividad en l�nea que ocurre * exterior * una configuraci�n del museo. Creo personalmente que esta edici�n debe ser cr�tica a cualquier persona que cuide sobre museos o el futuro de la cultura en l�nea. Aunque estoy escribiendo de una perspectiva visual de los artes, creo que mis preocupaciones pueden traducir a otras disciplinas museological tambi�n. Entender el museum de las maneras pudo obscurecer creatividad en l�nea, es importante entender porqu� el org y la compa��a lo estimularon. Antes del museum, todo el alguien necesitado para probar un nuevo paradigma curatorial era veinticinco d�lares para un Domain Name, una dosis sana de la equidad del sudor, y un cierto contenido interesante. Armado con los orgs y los nets, la gente creativa encontr� nuevas maneras de compartir la cultura fuera de los apremios del status quo fuera de l�nea. Para los artistas, esto signific� la exhibici�n en la frontera ilimitada del Web en vez de intentar conseguir un pie en la puerta de una galer�a de SoHo. Para los cr�ticos, signific� que fijando a unmoderated listserves en vez de pining que se publicar� en _ arte en Am�rica _. para los espectadores con un m�dem, �l signific� mirar arte en cualquier momento, dondequiera -- sin pagar precio de la admisi�n de MoM�s. El arte prosper� en este ambiente; en 1995 8% de todos los sitios del Web fueron hechos por los artistas. Y porque no hab�a convenci�n de nombramiento especial para segregar ilustraciones del resto de cultura, mucha gente tropez� sobre los sitios del arte que pudieron nunca tener pie caminado dentro de un museo. 
Incorpore el museum. En contraste con los sufijos gen�ricos tenga gusto del org y el edu, museum representa un criterio mucho m�s restricto. Para la primera vez, el permiso de colocar un dominio a nivel superior ser� determinado por calidad de miembro en una asociaci�n privada, el consejo internacional de los museos (ICOM), la mayor�a extensa que de miembros -- debemos ser honestos aqu� -- ha tratado hasta ahora el Internet sobre todo como cartelera electr�nica para anunciar sus programas fuera de l�nea. (por la comparaci�n, las instituciones acad�micas tienen una demanda razonable al edu dado que ayudaron a conseguir el novato Internet en sus pies.) Dejar a un lado la cuesti�n de si la especificidad sin precedente del museum abre la puerta en los sufijos de dominio comparables como travelservice y florist, soy curioso sobre el efecto usted y sus colegas esperan que el museum tenga en creatividad en l�nea. En su desbloquear de prensa de octubre del 3, ICOM indic� que una meta importante del nuevo sufijo de dominio era puentear el digital se divide: " muchos museos tienen ya una presencia en el Internet, mientras que otros, la deuda en parte a las limitaciones financieras y t�cnicas, se est�n moviendo en Cyberspace m�s lentamente. Desarrollando una identidad clara de Cyberspace para la comunidad del museo en su totalidad espera ayudar a puentear este digital se dividen. Los autores creen que el museum, junto con los servicios de valor a�adido que se pueden proporcionar a sus miembros, dar� los museos que todav�a no han participado activamente en el desarrollo del Internet la ayuda para hacer tan. " 
Soy seguro que este argumento abrog� a ICANN, que se carga con la tarea dif�cil de ampliar el espacio de nombres del Web sin minar su configuraci�n abierta. (ICANN se parece tomar este mandato seriamente bastante para tener sufijos rechazados como el union y el health como " escaso democr�tico. ") Sus propios argumentos producen eco esta s�plica igualitaria para ensanchar la representaci�n de instituciones culturales en l�nea; por ejemplo, usted discuti� que un sufijo de los arts excluyera los museos dedicados a la ciencia o a la historia. Asumamos tan para el motivo del argumento que el museum animar� a museos m�s peque�os que lleven al salto Cyberspace. Qu� de los espacios y de los pasillos alternativos fuera de l�nea incontables de la exposici�n que no mantienen una colecci�n permanente de objetos? Muchos han desempe�ado papeles cr�ticos en artistas y movimientos contempor�neos de consolidaci�n; usted no puede pensar en Cindy Sherman sin el pensamiento en el espacio de los artistas o Roberto Mapplethorpe sin los artes contempor�neos de Cincinnati se centra. Con todo una vez que los museos hayamos demandado el mejor de las propiedades inmobiliarias virtuales, qu� ocasi�n estos espacios alternativos numerosos tienen de la competici�n para los golpes del p�blico de la endecha? En una econom�a de la atenci�n tenga gusto del Web, las ventajas peque�as puede diferenciar grandes. La gama de Jane mira para arriba la viola de la cuenta del artista en un Search Engine y consigue las conexiones para cinco orgs y un museum. Qu� conexi�n ella va a seguir? 
El boquete entre los haves del museum y los pobres parece incluso m�s ancho una vez que considere los estudios y los espacios virtuales incontables de la exposici�n donde los artistas crean y exhiben su trabajo. Hay un ordenador principal de los recursos fascinadores y valiosos del museumlike en l�nea que no calificar�an para el consejo internacional de la definici�n del museo de un museo -- que en su ra�z requiere a instituciones recoger * material * (www.icom.org/release.museum.html). Esta definici�n excluir�a todos los archivos culturales en l�nea, si recogen proyectos Internet del arte, videos digitales de convenciones pol�ticas, o testimonios audio al Holocaust. Creo que muchos en la comunidad en l�nea opini�n al consejo internacional de la ayuda de los museos para el museum como smokescreen para cubrir el hecho embarazoso de que los collectives del artista y los sitios en l�nea del arte, del ad�web a Nicholas Pioche WebLouvre, las presencias en l�nea importantes establecidas bien antes de sus equivalentes del ladrillo-y-mortero. Si el zapato estuviera en el otro pie, las instituciones del ladrillo-y-mortero no frustrar�an en una regla que las prohibi� de usar la palabra " museo " en su signage si no ten�an un Web site? 
Si el museum no puentea exactamente el digital div�dase, entonces quiz�s su ventaja verdadera miente simplemente en conveniencia. He visto argumentos que el museum har�a m�s f�cil para la gente espec�ficamente en la b�squeda de los museos del ladrillo-y-mortero. Sin duda alguna esto puede ser verdad a un fragmento, pero los estudios indican que muy pocos personas buscan realmente cosas en l�nea conjeturando el URL; esta gente podr�a utilizar seguramente los motores de la b�squeda o los varios directorios categor�a-category-oriented en l�nea (como el Mediatheque excelente de Musee d'Art Contemporain de la Montreal). Otra conveniencia que he visto que atribuido al museum sea la reducci�n en el pleito cybersquatting desperdiciador de tiempo. Con todo la colocaci�n de " museumofmodernart.museum " no har� nada por s� mismo parar otros de colocar los hom�nimos tales como " museum_of_modern_art.org " o " museum-of-modern-art.org. " (nota a MoMA: usted falt� �stos.) Estas ventajas marginales a los museos del ladrillo-y-mortero alinean la atenci�n disminuida para los nonprofits Internet-internet-based? En contestar a esta pregunta, es importante tener presente que nuestro mandato como museos no es competir con la producci�n cultural que va en fuera de nuestras paredes, pero reflejarla y preservar. C�mo es desafortunado estar�a para que los museos establecidos borren involuntariamente la herencia son queridas decir para preservar con gerrymandering el espacio de nombres! Las Software Engineers como el gene Kan predicen que la subida de protocolos fichero-file-sharing, de la comunicaci�n messenging, y otra inmediata de non-Web astillar� el espacio de nombres de Internet en bastantes protocolos competentes para frustrar el control de organizaciones como ICANN. Hasta que sucede eso, c�mo usted propone contrariar la sombra que el museum pudo echar en el paisaje cultural m�s amplio? Usted cree al consejo internacional de museos debe caer el requisito que los registrants del " museum " caben su definici�n de un museo? O puede ser que sea mejor simplemente requerir registrants proveer las nuevas definiciones que uploaded a www.icom.org para estimular el discusi�n sobre el tema? 
Ser�a especialmente equivocado para las instituciones que mandato es preservar historia para perdonar un protocolo que animar�a su borradura. Estoy muy interesado en o�r sus pensamientos en este tema con la esperanza de que un di�logo ayude a aclarar la funci�n apropiada de un museo en el 21ro siglo. 
jon ippolito

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Subject: <nettime> an open letter about .museum
To: [email protected]
From: "Jon Ippolito" <[email protected]>
Date: Thu, 14 Dec 2000 18:33:21 -0500

4 December 2000

An open letter to Cary Karp ([email protected]) 
President, Museum Domain Management Association
Director, Department of Information Technology, Swedish Museum of 
     National History

Dear Dr. Karp:

In a time of accelerated change, small decisions can have far-reaching
effects--and that fact compels me to voice a perspective, outside of my
official capacity as Assistant Curator of Media Arts and not necessarily
representing the position of my museum, that I have not seen aired in the
debate thus far. 

As you know, even as innocent a choice as how to name Web sites can gently
steer us toward a more open or closed society. Take the recent decision by
ICANN, the Internet Corporation for Assigned Names and Numbers, to add
shiny new domain suffixes to dusty old ".org" and its peers--the first such
additions to the Internet's name space since the 1980s. As a driving force
behind the Museum Domain Management Association's proposal of a ".museum"
suffix, you must have been very pleased at ICANN's approval of .museum
along with ".info," ".coop," and four other generic Top Level Domains. By
proposing to reserve a sector of the Internet name space specifically to
museums, you and your colleagues have shown that you understand the
profound identity crisis facing museums at the dawn of the digital age. In
a world where artists, musicians, and other producers can tap into the
Internet to reach a far-flung audience instantaneously, it's understandable
that brick-and-mortar institutions would be anxious to redefine themselves
beyond their previous roles as centralized repositories of culture. From my
dual perspective as an online artist and a new media curator, I am
convinced that this redefinition is essential to the long-term livelihood
of both museums and the cultural heritage they are charged with preserving.

Of course, you can't redefine a plot of real estate--geographic or
virtual--without redefining your neighbors' estates. Yet one question that
I have not seen discussed in the public debate is how the addition of a
.museum suffix might affect online creativity that takes place *outside* a
museum setting. I personally believe that this issue should be critical to
anyone who cares about museums or the future of online culture. Although I
am writing from a visual arts perspective, I believe my concerns may
translate into other museological disciplines as well.

To understand the ways .museum might obscure online creativity, it's
important to understand why .org and company stimulated it. Before .museum,
all someone needed to try out a new curatorial paradigm was twenty-five
dollars for a domain name, a healthy dose of sweat equity, and some
interesting content. Armed with .orgs and .nets, creative people found new
ways to share culture outside of the constraints of the offline status quo.
For artists, this meant exhibiting on the Web's boundless frontier instead
of trying to get a foot in the door of a SoHo gallery. For critics, it
meant posting to unmoderated listserves instead of pining to be published
in _Art in America_. For viewers with a modem, it meant looking at art
anytime, anywhere--without paying MoMA's admission price. Art thrived in
this environment; in 1995 8% of all Web sites were made by artists. And
because there was no special naming convention to segregate artworks from
the rest of culture, many people stumbled upon art sites who might never
have stepped foot inside a museum.

Enter .museum. In contrast to generic suffixes like .org and .edu, .museum
represents a much more restricted criterion. For the first time, permission
to register a top-level domain will be determined by membership in a
private association, the International Council of Museums (ICOM), the vast
majority of whose members--we must be honest here--have hitherto treated
the Internet primarily as an electronic billboard to advertise their
offline programs. (By comparison, academic institutions have a reasonable
claim to .edu given that they helped get the fledgling Internet on its
feet.) Leaving aside the question of whether the unprecedented specificity
of .museum opens the door to comparable domain suffixes like .travelservice
and .florist, I am curious about the effect you and your colleagues expect
.museum to have on online creativity.

In its October 3rd press release, ICOM stated that a major goal of the new
domain suffix was to bridge the digital divide:

"Many museums already have a presence on the Internet, while others, due
partly to financial and technical limitations, are moving into cyberspace
more slowly. Developing a clear cyberspace identity for the museum
community as a whole is expected to help bridge this digital divide.
Proponents believe that .museum, along with value-added services that can
be provided to its members, will give museums that have not yet
participated actively in the development of the Internet the support to do
so."

I am sure that this argument appealed to ICANN, which is charged with the
difficult task of expanding the Web's name space without undermining its
open architecture. (ICANN seems to take this mandate seriously enough to
have rejected suffixes like .union and .health as "insufficiently
democratic.") Your own arguments echo this egalitarian appeal to broaden
the representation of cultural institutions online; for example, you argued
that a .arts suffix would exclude museums devoted to science or history. So
let's assume for the sake of argument that .museum will encourage more
smaller museums to take the leap to cyberspace. What of the countless
offline alternative spaces and exhibition halls that do not maintain a
permanent collection of objects? Many have played critical roles in
nurturing contemporary artists and movements; you can't think of Cindy
Sherman without thinking of Artists Space or Robert Mapplethorpe without
Cincinnati's Contemporary Arts Center. Yet once we museums have claimed the
best of the virtual real estate, what chance do these numerous alternative
spaces have of competing for hits from the lay public? In an attention
economy like the Web, small advantages can make big differences. Jane Doe
looks up the artist Bill Viola in a search engine and gets links for five
.orgs and one .museum. Which link is she going to follow?

The gap between .museum haves and have-nots looks even wider once I take
into account the countless virtual studios and exhibition spaces where
artists create and exhibit their work. There are a host of fascinating and
valuable museumlike resources online that would not qualify for the
International Council of Museum's definition of a museum--which at its root
requires institutions to collect *material*
(www.icom.org/release.museum.html). This definition would exclude all
online cultural archives, whether they collect Internet art projects,
digital videos of political conventions, or audio testimonies to the
Holocaust. I believe that many in the online community will view the
International Council of Museums' support for .museum as a smokescreen to
cover the embarrassing fact that artist collectives and online art sites,
from ada'web to Nicholas Pioche's WebLouvre, established important online
presences well before their brick-and-mortar equivalents. If the shoe were
on the other foot, wouldn't brick-and-mortar institutions balk at a rule
that forbade them from using the word "Museum" in their signage if they
didn't have a Web site?

If .museum doesn't exactly bridge the digital divide, then perhaps its true
benefit lies merely in convenience. I've seen arguments that .museum would
make it easier for people specifically in search of brick-and-mortar
museums. Doubtless this may be true to an extent, but studies indicate that
very few people actually look for things online by guessing the url; surely
these people could use search engines or the various category-oriented
directories online (like the Musee d'Art Contemporain de Montreal's
excellent Mediatheque). Another convenience I've seen ascribed to .museum
would be the reduction in time-consuming cybersquatting litigation. Yet
registering "museumofmodernart.museum" will do nothing by itself to stop
others from registering such homonyms as "museum_of_modern_art.org" or
"museum-of-modern-art.org." (Memo to MoMA: you missed these.) Do these
marginal benefits to brick-and-mortar museums justify decreased attention
for Internet-based nonprofits? In answering this question, it's important
to keep in mind that our mandate as museums is not to compete with the
cultural production going on outside our walls, but to reflect and preserve
it. How unfortunate it would be for established museums to unwittingly
erase the heritage they are meant to preserve by gerrymandering the name
space!

Software engineers like Gene Kan predict that the rise of file-sharing
protocols, instant messenging, and other non-Web communication will
splinter the Internet's name space into enough competing protocols to
thwart the control of organizations like ICANN. Until that happens, how do
you propose to counteract the shadow that .museum might cast on the broader
cultural landscape? Do you believe the International Council of Museums
should drop the requirement that registrants of ".museum" fit its
definition of a museum? Or might it be better merely to require registrants
to supply new definitions to be uploaded to www.icom.org to stimulate
debate on the subject?

It would be especially misguided for institutions whose mandate is to
preserve history to condone a protocol that would encourage its erasure. I
am very interested in hearing your thoughts on this subject in the hopes
that a dialogue will help elucidate the proper function of a museum in the
21st century.

Jon Ippolito

Cc:
Valerie Jullien, Communications Officer
International Council of Museums
[email protected]

Kenneth Hamma, Assistant Director
The J. Paul Getty Museum
[email protected]

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