ricardo dominguez on 13 Mar 2001 14:34:58 -0000


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[nettime-lat] Centenares de comunidades chiapanecas sin rostro tejieron la vi'a del


Subject: Jornada,Indig of Chiapas win heart of country,Mar 12

LUNES � 12 � MARZO � 2001 �
� Centenares de comunidades chiapanecas sin rostro tejieron la vi'a del
EZLN al DF

Representados en el Zo'calo, los pueblos indios de Chiapas conquistaron
el corazo'n de la Repu'blica

� Los pobres entre los pobres fueron recibidos en la ciudad de Me'xico
como pri'ncipes

� De Xochimilco a la Plaza de la Constitucio'n la caravana recibio'
expresiones de simpati'a

HERMANN BELLINGHAUSEN

 "Quienes deberi'an estar aqui' son las comunidades indi'genas zapatistas,
sus siete a~os de lucha y resistencia, su oi'do y su mirada, los hombres,
ni~os, mujeres y ancianos, bases de apoyo del Eje'rcito Zapatista de
Liberacio'n Nacional, que son quienes nos mandan, la voz que nos habla,
la mirada que nos hace invisibles", reconocio' el subcomandante Marcos
ante un Zo'calo lleno hasta ma's alla' de la sombra de gente que los vino a
acompa~ar. Y agrego' a las insurgentas e insurgentes, "guardia'n y corazo'n
del pueblo".

El comandante Zebedeo se habi'a referido, en primer te'rmino, "a los que
esta'n pendientes desde la comunidad". A quienes, como expreso' el
comandante David, corresponde llevar la respuesta del gobierno.

O sea que las decenas de miles de personas que se volcaron a saludarlos
en Villa Coapa, Iztacalco, La Viga, La Merced, a gritar durante 16
kilo'metros vivas al e-zeta-ele-ene, en realidad vitoreaban a los
ausentes, y no a esos 24 encapuchados que traen de cabeza al pai's hace
dos semanas. Carteles y mantas por centenares dando la bienvenida al
EZLN apuntaban ma's alla', a los ni~os de Guadalupe Tepeyac, las mujeres
de Polho' y Amador Herna'ndez, los jo'venes de La Garrucha, las familias de
Jolnixtie', los hombres de Unio'n Progreso, Taniperla, Chavajeval, La
Realidad. Y a los centenares de comunidades choles, tzeltales,
tojolabales y tzotziles que una por una, sin rostro ni nombre, tejieron
este acontecimiento.

Y si hay ausencias que triunfan, la ciudad de Me'xico recibio' a la
ausencia la ma's grande de toda su historia: los pueblos de Chiapas, que
no vinieron, que esta'n alla', siguen, y a la vez conquistaron hoy el
corazo'n de la Repu'blica. A ellos debi'a representar la carreta alego'rica
de paja (en caso de ser alego'rica) que remolcada por un tremendo tra'iler
Kenworth condujo a vuelta de rueda, entre grandes pacas de paja
brillante, a la delegacio'n zapatista.

De Xochimilco a la Plaza de la Constitucio'n ya no importo' que' tan
espectacular era lo espectacular. Las calles se llenaron de un fervor
nunca antes visto, nada menos que en respaldo de los pueblos indios.
Habra'se visto. Acompa~ados por miles de indi'genas, miembros del Congreso
Nacional Indi'gena, los comandantes zapatistas trajeron la voz de todos
ellos, y lograron que fuera escuchada. Quienes esperaban un acto
culminante, un no va ma's, un momento estelar, se habra'n decepcionado un
poco, a pesar del Zo'calo ma's lleno desde...  ?desde cua'ndo?, de la
cobertura media'tica y la aclamacio'n ma's una'nime en torno de algo: el
cumplimiento de las tres condiciones: la paz, la libertad y el
reconocimiento constitucional de los derechos indi'genas.

Tras la ola humana que la marcha zapatista fue levantando por 12 estados
de la Repu'blica, lo que el EZLN y el CNI hicieron hoy en el Zo'calo fue
escribir un punto y seguido.

No vinieron a tomar el Palacio Nacional. Ni siquiera se dignaron a
mirarlo. Se plantaron en el estrado wixa'rikas, ~ah~u's, pure'pechas,
mazahuas, rara'muris, totonacas, mixes, zapotecos, nahuas y los mayas
chiapanecos del EZLN. "El gobierno siempre esta' detra's de nosotros",
dijo Marcos en el discurso que a nombre de "yo" culmino' la entrada de
los indi'genas mexicanos a la capital.

El color de la tierra en las calles

Hemos visto navegar sobre las olas civiles, como diri'a Lo'pez Velarde, un
pu~ado de indi'genas que son "el color de la tierra", como dijo hoy el
comandante Tacho. Se vinieron juntando ante los ojos de quienes los
supieron ver, desde San Cristo'bal a Oaxaca, Nurio, Iguala y Milpa Alta.

Esta ciudad es ma~osa, no le gusta hacerse la sorprendida, pone la cara
de quien ya vio todo en esta vida. Pero este mediodi'a dominical se
sorprendio' de su sorpresa. Mucha gente lloraba, aunque trataba de
aguantarse. Unos segundos vieron pasar el lento Kenworth.

Muchos corrieron un tramo a sus costados, acompa~a'ndoles
multitudinariamente desde entrada a la ciudad de Me'xico.

Desde que el EZLN y el CNI abandonaron el Deportivo Xochimilco, a las
11:45 horas, y tomaron por Canal de Miramontes, no quedaron vaci'as las
banquetas, las azoteas ni las ventanas. Decenas de motocicletas y
patrullas, carros y camionetas, hasta cinco helico'pteros acompa~aron lo
que, parado'jicamente, no fue la apoteosis de Marcos.

Ma's alla' del marquismo desatado por los medios, mucha gente de las
ciudades y hasta por el gobierno federal, el DF asumio' con cierta
gravedad el que por primera vez desde que la nacio'n existe, los pobres
entre los pobres, los olvidados, los presuntamente extintos, los pueblos
indi'genas, fueran recibidos como se recibe a los pri'ncipes.

El comandante Zebedeo reconocio' la ola de hombres y mujeres "dispuestos
a engrosar esta marcha feroz, paci'fica, para revertir la injusticia
nacional, la insoportable tirani'a que durante varias de'cadas ha venido
pisoteando la dignidad de los trabajadores de todo el pai's". Hoy se
manifesto' "esta gran fuerza popular que conmueve al mundo entero".

Un carro compacto se colo' un rato en la caravana rumbo al Zo'calo,
llevando encima una gran cartulina: "Despertar la conciencia nacional es
haza~a del EZLN". La simpati'a era tal que las espora'dicas expresiones de
rechazo cerca de mercados o atra's en los camellones no se notaban. Hasta
la palabra "aplastadas" resulta piadosa para describir su suerte. En la
radio, algunos locutores, emocionados, reconocieron que se tragaban sus
palabras, que antes habi'an hablado mal de los rebeldes indi'genas y ahora
los saludaron con una admiracio'n que ya les reclamara'n ma~ana sus
empleadores. Llamadas del pu'blico al estudio, transmisio'n en vivo de las
incidencias de la travesi'a zapatista por Escuela Naval, La Viga,
Inguara'n y La Merced. El temblor que durante di'as estuvo anunciando el
comandante David. La entrada triunfal de "los merecedores, los
indispensables, los ma's primeros", como no se canso' de repetir el
comandante Tacho en la decena de capitales que recorrieron los
zapatistas antes de llegar a la mera capirucha.

Banderas nacionales de todos tama~os ondearon en las calles a su paso.
La del Zo'calo es la primera bandera monumental (de las muchas que
repartio' Zedillo por todo el pai's para delatar su complejo de
inferioridad) que ondea sobre la cabeza de los rebeldes zapatistas. El
comandante Tacho no omitio' se~alarlo al hablar en el Zo'calo: "Aqui'
estamos los indi'genas mexicanos protegidos bajo la bandera nacional.
Somos mexicanos y por lo tanto la patria tambie'n es nuestra".

En todo momento, los oradores del CNI y del EZLN hablaron a nombre de
muchos otros, fueron voces multiplicadas y nadie ahora duda
razonablemente de su autoridad moral: "Esta marcha esta' obedeciendo
literalmente la letra de nuestro himno nacional, que dice 'lidiar con
valor'", dijo el comandante Zebedeo, y rindio' homenaje "a los cai'dos que
hoy residen en los corazones de esta muchedumbre".

El subcomandante Marcos ennumero' los sucesivos silencios que el poder ha
dedicado a los indi'genas, hasta llegar al "silencio impotente" de hoy.
No fue una muchedumbre ensimismada en la figura de Marcos, en la
idolatri'a del vocero. Su voz, que no es estridente, ni siquiera con los
amplificadores, resono' un rato largo sobre la multitud atenta.

Un estilo poli'tico muy raro el de estos encapuchados. Con la ciudad a
sus pies, los zapatistas dijeron no ser "la gui'a, sino apenas uno de
tantos rumbos que al ma~ana conducen". Segu'n el subcomandante Marcos,
"al decir somos tambie'n decimos no somos y no seremos".

"Que' le costaba al gobierno de Fox" cumplir las demandas del EZLN, dijo
David en un Zo'calo que ya no sera' igual despue's de haberlo oi'do. "El
gobierno no es nadie sin el pueblo", planteo' Zebedeo ante una parte muy
significativa de este "pueblo" sin el cual ninguna democracia puede
existir. El historiador Lorenzo Meyer, bajo los portales al poniente del
Zo'calo, recordaba su experiencia en el Ejido Morelia en enero de 1994,
cuando fueron descubiertos los cuerpos descuartizados de los hombres
mayores de la comunidad; cuando la guerra se vino encima de los pueblos
indios de Chiapas: "Quie'n hubiera dicho entonces que veri'amos esto".
Escuchar a la comandancia del EZLN enviar comunicados desde "la gran
Tenochtitla'n", "el corazo'n de la patria", "la Plaza de la Constitucio'n"
permite sentir la experiencia de la historia, que vive fuera de los
tratados, lejos de los museos, aqui' nada ma's, al alcance de la mano. Son
di'as grandes para Me'xico: reconoce a sus pueblos originarios, multitudes
de corazo'n abierto los acogen como hermanos, como maestros, como
iguales, asi' de distintos como se presentan, con plumas, listones,
chamarras de borrego crudo, faldas, blusas fosforescentes, calzones de
algodo'n bordados con grecas y venados. Los indios del traspatio, en el
lugar ma's alto.

Desde un balco'n del viejo Centro Mercantil y viejo Hotel de la Ciudad de
Me'xico, el coordinador de Seguridad Nacional del gobierno foxista,
Adolfo Aguilar Zinser, pudo ver y oi'r esa plaza, ese feno'meno ine'dito,
ese clamor de muchos, muchos ma's que dos. En el ventanal de sus
oficinas, el jefe de Gobierno capitalino, Andre's Manuel Lo'pez Obrador,
tambie'n fue testigo de primera fila. Sera' interesante conocer sus
respectivas conclusiones.

La sintaxis del star system espero' digerir la persona de Marcos y
encontro' que se trata de muchos otros. Que los indi'genas son quienes
llegaron, esta'n aqui' y no se van a morir, como prometio' el comandante
Tacho. Rebeldes, pero no suicidas. "No somos portavoz", dijo Marcos,
"somos una voz entre todas las voces de los muchos Me'xicos que bajo
Me'xico se esconden". Un rumbo entre otros. Tenemos un pai's que se mira a
si' mismo y se encuentra ma's grande de lo que pareci'a.

Dos horas despue's del mitin, el Zo'calo no habi'a terminado de vaciarse.
Ni terminari'a.


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