TONGOLELE on Thu, 2 May 2002 19:12:02 +0200 (CEST)


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[nettime-lat] video instalación




Este articulo salió hace poco en la revista Artnexus en su versión digital. 
Se trata de un net.performance de Coco Fusco y Ricardo Dominguez. Una versión 
en video que simula un sistema de tele-vigilancia se presentará a partir del 
10 de mayo en el Dundee Contemporary Art Center en Escosia como parte del 
festival "Burning Bush - Doing Time".

Noticias
Híbridos de contemplación, interacción y performance: desplegando abuso y 
poder a través de Internet
New York, New York
Autor: Rodrigo Tisi
Dolores de 10 hasta 22 hrs. es un Net-performance que se realizó justo en el 
día en que “los americanos” una vez más daban las gracias. El 22 de noviembre 
pasado, Coco Fusco y Ricardo Domínguez presentaron un performance difundido a 
través de Internet por el centro Finlandés de Arte Contemporáneo Kiasma, de 
Helsinki. 12 horas de docudrama tuvieron lugar en un sitio del web 
(http://www.kiasma.fi/ars/dolores) que simulaba un lugar de la frontera 
méxico-Estadounidense en el cual se abusaba de los derechos de una mujer 
trabajadora. La pantalla mostraba imágenes en vivo de las escenas a propósito 
del acontecimiento real que tuvo lugar entre una trabajadora (representada 
por Fusco) y un gerente de la empresa (representado por Domínguez) en las 
dependencias de una maquiladora, en Tijuana, México, durante 1997. 

El performance tomó las características de una telenovela, forma dramática 
habitual y popular a lo largo y ancho de (Latino) América. El teleevento, que 
pudo ser presenciado desde la distancia gracias a Internet, destacó el 
recurso de la imagen documental impulsada por la estética de la 
videovigilancia. El evento promovió el estado contemplativo de los 
espectadores que utilizan la red desde un punto de vista placentero y sin 
riesgo. Esta manera de presentar la obra artística —editando, filtrando y 
desplegando el show desde puntos de vista específicos (según la posición de 
las cámaras de vigilancia)— generó un híbrido que claramente enfatiza los 
temas relacionados con asuntos de control y seguridad en torno a aquellos 
lugares a los cuales habitualmente tenemos acceso. El sitio web de Dolores 
también incluyó una sala de conversación en donde los espectadores podían 
interactuar describiendo, comentando y sugiriendo ideas de lo que estaba 
sucediendo en el lugar. Haber incorporado este chat-room al sitio de Dolores, 
significó insistir en el evento generado por la presencia de una 
audiencia-testigo, con posibilidad de interactuar, tal cual las leyes 
espaciales que han sido impuestas por la tradición del espectáculo. 

El sitio virtual acercó tanto a “los actores” (locales y conocidos: Fusco y 
Domínguez), como a “los espectadores” (globales y desconocidos: surfers del 
web) en un cuerpo híbrido y mediatizado de performers. El performance de 
Fusco y Domínguez se vio enfatizado con la presencia virtual de espectadores 
que, voluntariamente, decidieron dirigirse a esta dirección del web para 
presenciar e interactuar con la obra. A la vez que hubo una acción descrita a 
través de lo que contaban las imágenes de vigilancia, también hubo otra 
impulsada por las palabras y las metáforas del texto. La audiencia se situó 
en un espacio híbrido de presentaciones y representaciones, un lugar ambiguo 
ubicado entre el lugar con base en Kiasma y el lugar inmaterial de la 
pantalla del sitio web en donde se mostraba el abuso a Dolores, a la vez que, 
era desplegado un texto proveniente de distintas partes del globo. Cabe 
señalar aquí el valor que Fusco y Domínguez otorgan a las pantallas y al 
lenguaje mediatizado que promueve la estética de la globalización. 

La ubicación de este modelo de arte-net, justo en la situación de lugar 
generado por el híbrido que impulsa el mundo del web, convirtió a los 
espectadores en los testigos de los abusos cometidos a muchas trabajadoras, 
que en este caso fueron caracterizadas por el personaje y el lugar de 
Dolores. Este performance pone de manifiesto el abuso cometido dentro del 
mundo privado y privatizado de las corporaciones y no tan sólo de las 
maquiladoras mexicanas. Claramente, las cámaras de vigilancia que apuntan al 
drama de Dolores traspasaron la frontera de lo que se supone privado, al 
exponerlo. Así es como se explica la mutación de un mundo restringido y 
personal, a un mundo público totalmente abierto pero a la vez “controlado” al 
cual tienen acceso todos aquellos personajes que cuentan con la tecnología 
impulsada por los sistemas globalizados de información “mediatizada”. El 
Net-performance de Fusco y Domínguez propone analizar y revisar muchos de los 
temas descritos por este tipo de tecnología y de las intenciones de aquellas 
potencias que la desarrollan, convirtiendo este mecanismo de control en 
herramienta fundamental para el desempeño óptimo de las actividades de 
producción. 

El espacio aislado de Fusco, presentado por el espacio del web, literalmente 
sirvió para ilustrar asuntos de abusos y de resistencia global a dichas 
estructuras. El performance describió un estado de tensión entre la 
producción de maquinaria globalizadora (computadoras) y el mismo 
desmantelamiento de ellas como reacción a los abusos cometidos por un sistema 
que no considera el derecho auténtico de ser personas, sino sólo el de ser 
productor. El hacktivismo (hacker+activismo) que propone el grupo liderado 
por Ricardo Domínguez (Electronic Disturbance Theater), sin duda, explica 
parte de los asuntos y de la plataforma utilizada en este performance. Sin 
ser lo mismo, se podría decir que Dolores promueve un activismo “pasivo” 
producto de la situación espacial promovida por aquel “estado contemplativo” 
característico del web. La audiencia que contempló este evento, se convirtió 
en un motor activo de ideas y de reacciones en torno al caso de Dolores, 
solamente por el hecho de ser los testigos.

De esta manera la tecnología de vigilancia no sólo contribuye a la seguridad 
de las personas, sino que también describe el abuso que habitualmente se 
comete con ellas. En un mundo capitalizado y globalizado, la conciencia de 
los derechos privados e individuales de las personas se ve manipulada e 
infiltrada por el sistema que establece las jerarquías que impone el poder. 
Las cámaras de Dolores, aquellas que describen una ventana en el sentido 
global personal, representan al ojo de un espectador ausente, por esta misma 
razón de ser global, pero que de hecho siempre está presente, tal cual sucede 
cotidianamente en el espacio “público” que experimentamos. Aunque no se puede 
tener conocimiento exacto del alcance de las imágenes y de las conciencias 
que vigilaban a Dolores (de quien vio o de quien no vio lo que estaba 
sucediendo), sí se puede establecer que el performance existió simplemente 
por el hecho de contar con el testimonio mismo de la grabación de aquellas 12 
horas producto del "control” impuesto sobre el lugar de Dolores. Esta sala, 
que sirvió como escenario y foco de atención, permitió acercarnos 
literalmente al mundo de las restricciones globales y capitales que se 
presenta a través del espacio virtual descrito por las pantallas, en donde no 
existe ninguna posibilidad de libertad. Este performance describe la 
imposición espacial y cultural de la cual somos testigos, un espacio híbrido 
entre lo público y lo privado producto de los alcances tecnológicos.

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