ricardo dominguez on Sat, 29 Jun 2002 04:01:12 +0200 (CEST) |
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[nettime-lat] Las Redes y la Guerra en Redes: Apuntes sobre las Hormigas y la Aplanadora |
Las Redes y la Guerra en Redes: Apuntes sobre las Hormigas y la Aplanadora En un reciente bolet�n de Chiapas al D�a (no. 289) hicimos referencia a la "netwar" o "guerra en redes" que ha atra�do la atenci�n de los estrategas del gobierno de Estados Unidos. Dedicamos este bolet�n a profundizar al respecto porque conviene entender c�mo se est� analizando a las organizaciones de las sociedad civil (OSC) y sus redes en Chiapas, en M�xico y en otras partes del mundo, pero tambi�n, y m�s importante, porque conviene saber qu� medidas se est�n tomando ya y podr�an tomarse en un futuro cercano para detener el avance de tales redes. En lo que sigue nos basamos principalmente en un libro (1) que sali� poco despu�s de los atentados del 11 de septiembre pasado. Los autores, John Arquilla y David Ronfeldt, analistas de la Rand Corporation, uno de los principales "tanques pensantes" de las fuerzas armadas de EEUU, en el cap�tulo final dicen sentirse reivindicados, tras los atentados del 11 de septiembre pasado, sobre la necesidad de entender a las redes y a la guerra en redes que han evolucionado velozmente en los �ltimos a�os, ya que Al Qaeda est� supuestamente estructurado como red y no como una organizaci�n jer�rquica tradicional. Las redes las pueden componer todo tipo de individuos, desde terroristas, narcotraficantes, otro tipo de traficantes, pandilleros urbanos, hasta ciudadanos de la sociedad civil que luchan por "causas nobles". Las t�cticas y las formas de organizaci�n son sorprendentemente similares en todos los casos, y lo alarmante para los analistas del Departamento de Defensa de EEUU, es que han logrado avances y �xitos nada despreciables �ltimamente. Los autores postulan que las redes, tengan una cara "siniestra" o "amable", est�n organizadas con ciertas caracter�sticas, y luchan con estrategias y t�cticas similares. Para derrotarlas, o al menos detener y controlar su avance, las "fuerzas del orden" tendr�n que, primero, entender su naturaleza y, segundo, desarrollar nuevos m�todos de lucha, porque los anteriores no son del todo efectivos. Para nosotros, organizados en redes de organizaciones civiles para, desde luego, hacer avanzar causas nobles por la v�a pac�fica, lo que interesa de todo esto es muy similar: tenemos que entender el paradigma de la "lucha en redes", ver si, en efecto, los avances que ha registrado la sociedad civil es por haber actuado en redes, como dicen Arquilla y Ronfeldt, pero tambi�n hay que ver qu� sigue. �Qu� vendr� de nuestros contrincantes en su respuesta a la lucha en redes, donde, por razones de la geoestrategia de Estados Unidos, tanto las redes amables como las del mal est�n en el mismo guacal. Porque respuesta habr� sin duda. En EEUU est�n convencidos de que ser�n atacados con armas de destrucci�n masiva, tipo bomba nuclear o bomba con pat�genos biol�gicos. Y no son escenarios que se construyen solamente en c�rculos militares. La prensa nacional ya dice abiertamente "no es cuesti�n de si seremos atacados con una arma de destrucci�n masiva, sino de cu�ndo". (2) Si bien las redes est�n siendo analizadas desde una �ptica militar, la ofensiva contra las redes que vendr� de Estados Unidos tendr� su asidero tambi�n en lo civil, en aplicaciones contrainsurgentes. Es com�n que as� sea; la misma internet fue desarrollada primero por las fuerzas armadas estadounidenses, para mantener en contacto permanente a sus centros y bases, en caso de un ataque nuclear de la Uni�n Sovi�tica, y hoy tiene sus usos civiles, que ya conocemos. Ahora, las redes de organizaciones sociales �en verdad podr�an ser motivo de preocupaci�n en las altas esferas del poder? �Las OSC no son en realidad unas cuantas hormigas que luchan sin mucha eficacia contra contrincantes mucho m�s grandes y mejor financiados... como el Banco Mundial, la Organizaci�n Mundial del Comercio, las corporaciones transnacionales? Postulamos en el Bolet�n 289 que, en efecto, hay preocupaci�n porque las redes de organizaciones sociales han tenido en los �ltimos a�os �xitos notables, �xitos que han obligado a los operadores del modelo econ�mico a parpadear nerviosamente. La amenaza impl�cita es obvia, las hormigas organizadas en redes y ejerciendo la lucha en redes, han llegado a detener, aunque sea moment�neamente, a la aplanadora llamada neoliberalismo. Y ah� est� la clave de la preocupaci�n en Washington: el modelo econ�mico imperante est� siendo amenazado por las hormigas. Como dicen Arquilla y Ronfeldt, "Los actores no gubernamentales...en todo el mundo ahora son tan fuertes que no pueden ser menospreciados por los estrategas de seguridad". Record�bamos anteriormente (Bolet�n 289) el �xito que tuvieron las organizaciones sociales que hicieron luchas en red en 1999 para sabotear y finalmente detener la reuni�n cumbre de la Organizaci�n Mundial del Comercio en Seattle. Pero hay otros ejemplos. Un caso muy estudiado de la lucha en redes fue la campa�a mundial en contra de las minas terrestres. De la preocupaci�n de unas cuantas personas, que se fue expandiendo por medio del actuar de unas OSC que luego se enlazaron en redes, se cre� un movimiento masivo, mundial, que al final oblig� a fortalecer un tratado internacional en contra de las minas. El tratado inicialmente encontr� la oposici�n feroz del gobierno de EEUU, que finalmente tuvo que ceder ante la intensidad de la campa�a, y el movimiento termin� ganando el Premio Nobel por la Paz en 1997. Otro ejemplo en lo econ�mico fue la presi�n que hicieron organizaciones sociales en todo el mundo en 1998 para detener el AMI, Acuerdo Multilateral de Inversiones, que hubiera entregado aun m�s poder sobre las econom�as nacionales a las grandes empresas transnacionales. En Chiapas tambi�n hubo hace poco una victoria de OSC que ejercieron la "lucha en red" y lograron detener un proyecto de biopirater�a, llamado ICBG-Maya, que hab�an pactado la Universidad de Georgia, la empresa brit�nica Molecular Nature Limited, el Colegio de la Frontera Sur, y varias agencias federales del gobierno de Estados Unidos. Gracias a la alerta difundida por la red COMPITCH (Consejo de M�dicos y Parteras Ind�genas Tradicionales de Chiapas), se avis� a las comunidades ind�genas de Chiapas sobre las actividades de biopirater�a en marcha, y luego, conjuntamente con otras redes solidarias en M�xico y en el exterior, presionaron lo suficiente mediante campa�as b�sicamente de difusi�n de informaci�n, hasta obligar la cancelaci�n del proyecto. La victoria fue real, aunque, claro, la guerra contra la biopirater�a no se ha ganado, y aun la victoria puede ser p�rrica, en el sentido de que circulan rumores de proyectos similares, bajo otra fachada, en la Selva Lacandona. Pero en todo caso, esta victoria de redes chiapanecas, en coordinaci�n con redes mexicanas y extranjeras, demuestra que las hormigas son capaces de organizarse y trabajar eficazmente en conjunto por una causa, ganarse la solidaridad del p�blico en general, enfrentar a un enemigo m�s grande y triunfar. Veamos con m�s detalle, entonces, lo que dicen Arquilla y Ronfeldt sobre las redes y las nuevas t�cticas. La definici�n precisa que proponen de la guerra en redes es la siguiente (recordando que los autores abarcan a todo mundo organizado en redes, desde "terroristas" hasta ciudadanos preocupados por el medio ambiente): El t�rmino "netwar" (guerra en red) se refiere a un modo nuevo de conflicto (y crimen) en la sociedad, sin ser guerras militares tradicionales, en donde los protagonistas usan formas de organizaci�n en redes, as� como doctrinas, estrategias y tecnolog�as relacionadas, en sinton�a con la �poca inform�tica. Los protagonistas suelen ser organizaciones dispersas, peque�os grupos, e individuos, que se comunican, coordinan y realizan sus campa�as en una forma interconectada, mucha veces sin una l�nea de mando centralizada. As�, la guerra en red se diferencia de los modos de conflicto y crimen en donde los protagonistas prefieren desarrollar organizaciones formales y jer�rquicas, utilizando doctrinas y estrategias como en el pasado, por ejemplo, construyendo movimientos centralizados seg�n la orientaci�n leninista. La "guerra en red" pues tiene m�s que ver con los zapatistas que con los fidelistas, m�s con Hamas que con la Organizaci�n de Liberaci�n de Palestina. La revoluci�n inform�tica est� transformando la naturaleza de los conflictos y est� favoreciendo y fortaleciendo las formas de organizaci�n en redes, d�ndoles a ellas a veces una ventaja sobre formas m�s jer�rquicas de organizaci�n. Con el surgimiento de las redes, el poder est� "migrando" hacia actores no estatales, debido a que pueden organizarse en extensas redes multiorganizacionales. En particular estas redes pueden tener conexiones m�ltiples, donde todos los nodos est�n interconectados. Otras caracter�sticas de estas redes es que pueden formarse, organizar actividades y luego deshacerse con mucha rapidez. Es decir, son estructuras flexibles, �giles, muchas veces sin una cabecilla que las dirija, cuyo actuar se determina seg�n las circunstancias, seg�n debilidades detectadas sobre la marcha en el contrincante. Su actuar tambi�n muchas veces es determinado por consenso, si no por todos los nodos en la red, al menos por algunos. Las ventajas de la organizaci�n en redes, sobre las formas jer�rquicas, son evidentes: como no hay cabecilla, su eventual desaparici�n no implica la desarticulaci�n de la red, ni de su actuar. Su fluidez y flexibilidad permiten que se articulen, realicen acciones y, en dado, caso, desaparezcan, mucho m�s r�pido de lo que es posible con una forma jer�rquica de organizaci�n. Ciertamente la revoluci�n inform�tica (internet, tel�fonos celulares, fax, etc.) ha sido importante en la articulaci�n de estas redes, ya que ha permitido el interactuar de sus integrantes, a veces separados por distancias enormes. Pero es �til destacar que la "netwar" no es solamente una guerra por medio de internet. Va mucho m�s all�. No se limita a los "hackers" que se dedican a irrumpir en las p�ginas electr�nicas de los contrincantes, violando c�digos de seguridad, para ah� sembrar el caos. Es bastante m�s complejo, y tiene que ver con cinco niveles de an�lisis de las redes: � Nivel organizacional-c�mo est� construida la red. � Nivel discursivo-lo que se proyecta como las razones de ser de la red. � Nivel doctrinal-las estrategias y m�todos de colaboraci�n. � Nivel tecnol�gico-los sistemas inform�ticos que se utilicen. � Nivel social-los v�nculos personales que garantizan lealtad y confianza. A nivel de la organizaci�n, se ha encontrado que en las luchas que han tenido cierto �xito, las OSC est�n agrupadas como una telara�a irregular, con varios "centros" y una extendida periferia, siendo los nodos los puntos de intersecci�n de los hilos. En este modelo, no hay una jerarqu�a obvia. El eliminar uno de los puntos, o nodos, no suele ser fatal para toda la red, y la interconexi�n entre otros puntos permite, aun en el caso de la eliminaci�n de varios nodos, que la estructura permanezca y siga desarrollando su funci�n. El liderazgo sigue teniendo importancia, pero no hay mando �nico, sino, a veces, m�ltiple y coordinado. El nivel discursivo es uno de los m�s interesantes, porque subraya la importancia de difundir con contundencia de qu� se trata la lucha. Es decir, c�mo explicar los objetivos por los que se est� luchando, a fin de llegar al coraz�n y a la mente de un p�blico amplio y ganarse adeptos. Pero el discurso no s�lo es para consumo exterior, sino tambi�n para la gente al interior de la red. Las redes, como otras formas de organizaci�n, se mantienen unidas por los discursos que se articulan, y reflejan las experiencias, intereses y valores de la gente. Los discursos expresan identidad y pertenencia, qui�nes somos, por qu� nos hemos juntado, y por qu� nos diferenciamos de "los otros" (los contrincantes). Los discursos comunican un sentido de causa, prop�sito y misi�n, y expresan fines y m�todos, encerrando a veces rasgos culturales y �ticos. Un discurso convincente ayuda a mantener junta a la gente en una red que, por su estructura y fluidez, no puede evitar las deserciones. El discurso eficaz tambi�n crea puentes entre distintas redes y puede generar la percepci�n de que el movimiento est� avanzando y ganando. Revisando la experiencia del proyecto ICBG-Maya en 2001, resulta evidente que el discurso elaborado por las redes y organizaciones ind�genas y mestizas logr� convencer a amplios sectores del p�blico sobre la justeza de su causa. En cambio el discurso de los contrincantes (la Universidad de Georgia y los profesores Berl�n, el Colegio de la Frontera Sur, en particular) fue h�bilmente desarticulado, inclusive en espacios muy poco neutrales, como en la misma Universidad de Georgia, donde se realiz� un coloquio sobre el tema. Tan pobre result� ser el discurso del proyecto ICBG-Maya que algunos de sus integrantes tuvieron que recurrir al descr�dito, alegando, con un dejo de racismo, que los indios hab�an sido cooptados y enga�ados por "asesores no ind�genas". El nivel doctrinal es importante porque ayuda a explicar c�mo los integrantes de una red pueden operar t�ctica y estrat�gicamente, sin un mando central o l�der. En las redes de tipo telara�a, el actuar puede depender de pr�cticas y principios compartidos, profundamente arraigados y compartidos por todos los nodos. Estos principios y pr�cticas, que conforman una doctrina, permiten a los integrantes de la red ser "de una sola mente", aunque est�n dispersos y ocupados en tareas diferentes. Los actores de una red tienden a favorecer dos pr�cticas doctrinales. Por un lado tratan de crear redes sin una sola figura central como l�der. Pueden tener varios l�deres y tambi�n usar, o construir, mecanismos para consensar decisiones. Segundo, las redes sociales han usado en reiteradas ocasiones estrategias y t�cticas de "enjambramiento", es decir, el "echar mont�n" al contrincante. Esto se hace al coordinar la llegada, o convergencia, de los m�ltiples y peque�os nodos, que en general est�n dispersos, sobre un blanco en particular, desde m�ltiples direcciones, para realizar un "ataque" y luego dispersarse nuevamente en preparaci�n para la siguiente operaci�n. Obviamente el m�s espectacular ejemplo, la "madre de todos los enjambramientos" fueron los ataques del 11 de septiembre. Los atentados que realizaron los supuestos integrantes de Al Qaeda ese d�a, se acercan casi a la letra de lo que es un ataque por enjambramiento (con la salvedad de que los atacantes suicidas nunca podr�n reagruparse). El enjambramiento de los miembros de una red civil lo hemos visto con mayor claridad en la multitudinaria presencia de activistas que se han convocado a distintas ciudades en varias partes del mundo (Seattle, G�nova, Canc�n, Quebec, Madrid, Praga, etc.), para, en la mayor�a de los casos, formar "contra-cumbres" y protestar contra las organizaciones que est�n dirigiendo la globalizaci�n actual (el Banco Mundial, la Organizaci�n Mundial de Comercio, etc.) En consonancia con las reglas de estas luchas en redes, las aglutinaciones de activistas no han tenido un mando central. Los mandos fueron muchos y descentralizados. En Seattle, la polic�a primero y luego la milicia estatal no pudieron hacer frente a las redes "enjambradas". Veamos c�mo describi� un participante en las protestas de Seattle el actuar de los activistas: "Ning�n l�der centralizado hubiese podido coordinar el escenario en medio del caos, y ninguno se necesit�-las organizaciones org�nicas, aut�nomas fueron mucho m�s potentes y efectivas. Ninguna figura autoritaria hubiera podido convencer a la gente que mantuviera una l�nea de bloqueo en medio de tanto gas lacrim�geno-pero la gente empoderada, libre para tomar sus propias decisiones, decidi� precisamente mantenerse en la raya." El enjambramiento no tiene que ser una convergencia f�sica, como han sido las manifestaciones en las ciudades en a�os recientes. Pueden ser "virtuales", como fue la Campa�a Mundial contra las Minas Terrestres. Esta coalici�n se form� con una impresionante velocidad y cre�, seg�n una organizadora, "una nueva forma de diplomacia" que se coordin� mediante comunicaciones constantes, permitiendo que las campa�as nacionales en varios pa�ses ejercieran vigorosa presi�n sobre Estados Unidos y otros gobiernos recalcitrantes. Por su eficacia, el enjambramiento podr�a volverse, seg�n Arquilla y Ronfeldt, el modo clave de conflicto en la era de la inform�tica. En cuanto al nivel tecnol�gico, el tener sofisticada tecnolog�a de punta puede ser una ventaja importante, pero no es determinante. La difusi�n de informaci�n puede realizarse mediante una mezcla de tecnolog�as de alta y baja sofisticaci�n, con m�todos nuevos o viejos. Los mensajeros humanos y las reuniones cara a cara pueden ser todav�a esenciales. En el ejemplo de la batalla contra el proyecto ICBG-Maya en Chiapas, las comunidades ind�genas fueron informadas del proyecto y de sus intenciones precisamente por los "m�todos antiguos" de mensajeros que muchas veces se desplazaron de comunidad a comunidad a pie, y tambi�n por medio de las tradicionales reuniones y asambleas comunitarias. Finalmente, en el nivel social, el funcionamiento pleno de una red depende del grado de conocimiento mutuo que tengan los integrantes y de qu� tan bien est�n conectados. Los v�nculos personales fuertes, muchas veces basados en la amistad y la experiencia compartida, ayudan a garantizar altos grados de confianza y lealtad. Como dice una integrante de la Campa�a Mundial contra las Minas Terrestres, "...la confianza...es el elemento m�s importante en el trabajo pol�tico. Si la riegas en cuanto a la confianza, has regado todo. Es dif�cil volver a construirla." Como puede ser obvio, para que una red est� fuerte y funcione bien, tiene que estar fortalecida en estos cinco niveles.Y como tambi�n es obvio, los estrategas de las grandes potencias est�n planeando c�mo hacerle frente a las redes, a corto plazo limitar o detener sus avances, y a mediano plazo neutralizar su efectividad. Reiteramos que la urgencia para los "tanques pensantes" es desbaratar las redes que podr�an tener impactos en la seguridad hoy de Estados Unidos, digamos redes tipo Al Qaeda. Pero luego, lo que se logre en tanto desbaratamiento de redes, tambi�n se aplicar� hacia las redes civiles. Una de las recomendaciones b�sicas de Arquilla y Ronfeldt es que para derrotar a las redes, hay que actuar como red. Sin necesariamente desechar toda forma de mando en jerarqu�a, los autores recomiendan que las estructuras gubernamentales empiecen a emular las redes ya existentes. Para un gobierno en lo concreto esto significa trabajar m�s coordinadamente entre ministerios, departamentos, �reas, delegaciones y oficinas, formando redes entre ellos, para as� facilitar el intercambio de informaci�n y, potencialmente, para agilizar la toma de decisiones, y facilitar la respuesta r�pida ante coyunturas din�micas. Dicen los autores espec�ficamente con respecto a los "terroristas" de "oriente"... "el mundo occidental tiene que empezar a construir sus propias redes y aprender a enjambrar al enemigo, para mantenerlo corriendo o para arrinconarlo hasta que pueda ser destruido". Vale aclarar, sin embargo, que estos autores postulan para las redes no terroristas, espec�ficamente las redes "activistas" de OSC, que los gobiernos y las empresas las acepten y empiecen a encontrar formas de convivencia con ellas. Dicen al respecto, "la guerra en redes no es uniformemente un fen�meno adverso que tenga que ser, o deba ser, siempre enfrentado. No es necesariamente un modo de conflicto que siempre se oponga a los fines del gobierno...los Estados podr�an abrazar y fomentar a los actores no gubernamentales favorables, as� como a sus redes, alentando su crecimiento, aumentando su potencia, y trabajando con ellas de una manera coordinada...Pero el riesgo de tal estrategia es que los Estados podr�an inadvertidamente ayudar a crear un nuevo tejido de sociedad globalizada y enlazada que, a la postre, podr�a ser lo suficientemente fuerte como para constre�ir a los Estados cuando haya conflictos de inter�s. Podr�a ser un riesgo aceptable; pero es un riesgo que tiene que ser analizado profundamente". En otras palabras, un Estado moderno y "democr�tico" no puede abiertamente prohibir a las OSC y sus redes. Pero la advertencia es clara: hay que desarrollar y tener listas estrategias y t�cticas para su contenci�n. La tarea seguramente hab�a empezado antes del 11 de septiembre, pero los ataques apresuraron la gesti�n. Un ejemplo evidente fue, en esta era de la informaci�n, la elevaci�n de la "desinformaci�n" (las mentiras pues) a pol�tica de Estado, articulada como tal sin rubor o recato por Estados Unidos. No dudemos que los estrategas estar�n trabajando sobre los ejes mencionados anteriormente, a fin de debilitar y neutralizar las redes. No vaya ser luego que las hormigas se suban a la aplanadora. (1) Networks and Netwars: The future of terror, crime, and militancy de John Arquilla y David Ronfeldt, RAND, EEUU, 2001. (2) Ver, por ejemplo, "Nuclear Nightmares", New York Times, 26 de mayo, 2002, de Bill Keller. Un art�culo en espa�ol, "Cyberwar y netwar", sin identificaci�n de autor, pero probablemente de los mismos Arquilla y Ronfeldt porque proviene de la Rand Corporation, puede encontrarse en www.rebelion.org/cultura/cyberwar_netwar080201.htm Miguel Pickard CIEPAC, A.C. CIEPAC es miembro del Movimiento por la Democracia y la Vida (MDV) de Chiapas; de la Red Mexicana de Acci�n Frente al Libre Comercio (RMALC; ) www.rmalc.org.mx; de la Convergencia de Movimientos de los Pueblos de las Am�ricas (COMPA; ) www.sitiocompa.org; de la Red por la Paz en Chiapas; de la Semana por la Diversidad Biol�gica y Cultural www.laneta.apc.org/biodiversidad; y del Foro Internacional "Ante la Globalizaci�n, el Pueblo es Primero", Alternativas contra el PPP http://usuarios.tripod.es/xelaju/xela.htm. ---------------------------------------------------------------------------- ---- Nota: Si usas la informacion, cita la fuente, asi como nuestro "buzon" de correo electronico. Te agradeceriamos mucho hacernos llegar tus comentarios sobre estos Boletines. CIEPAC, A.C., es una organizacion no gubernamental y no lucrativa, y tu apoyo es necesario para continuar ofreciendote este servicio informativo y de analisis. Si deseas colaborar, con cualquier cantidad, te lo agradecemos infinitamente a la cuenta bancaria a nombre de: CIEPAC, A.C.; Banco: Banamex; Numero de cuenta: 7049672; Sucursal 386; San Cristobal de las Casas, Chiapas, Mexico. ABA o SUITE: BNMXMXMM Gracias! NOTE: This bulletin will be translated into English shortly. If you wish to be placed on the list to receive the English version, or versions in both languages, please direct a request to [email protected]. Indicate whether you wish to receive the e-mail or "attached document" (Word 7 for Windows 95) version. If you live outside of Mexico and would like to make a contribution to CIEPAC's work in Chiapas, Mexico, you can make a direct deposit into CIEPAC's account from outside of Mexico: Name: CIEPAC, A.C. Bank: Banamex Account number: 7049672 Sucursal 386 San Crist�bal de las Casas, Chiapas, M�xico. ABA o SUITE: BNMXMXMM Thank you very much. CIEPAC ---------------------------------------------------------------------------- ---- Centro de Investigaciones Econ�micas y Pol�ticas de Acci�n Comunitaria CIEPAC, A.C. Eje Vial Uno, No. 11 Col. Jardines de Vista Hermosa 29297 San Crist�bal, Chiapas, MEXICO Tel�fono: en M�xico: 01 967 678 5832 del exterior: +52 967 678 5832 _______________________________________________ Nettime-lat mailing list [email protected] http://amsterdam.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat