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[nettime-lat] MANIFIESTO DE REPUBLICART |
MANIFIESTO DE REPUBLICART REPUBLICart � un concepto efectivo de republicanismo postmoderno debe ser definido en el medio, basado en la experiencia vivida de la multitud global � (Michael Hardt/ Antonio Negri) Rep�blica no ata�e la reforma de une forma de Estado, con consideraciones que conciernen el salvamento del Estado-Naci�n caido en crisis o a prop�sito de sus transformaciones un uno o varios super-Estados. Nuestra investigaci�n esta enfocada alrededor de las experiencias concretas de las pr�cticas constituyentes y no representacionistas, especialmente aquellas proveninetes de los movimientos opuestos a la globalizaci�n econ�mica. Sin embargo, el arte de res p�blica no preconiza con un pathos revolucionario el advenimiento de una nueva comunidad global. Se trata m�s bien de formas experimentales de organizaci�n, desarroll�ndose en las microsituaciones pracarias durante un intervalo de tiempo limitado, y que ensayan nuevos modos de autoorganizaci�n encaden�ndose con otros modos de experimentaci�n. La � funci�n de organizaci�n � del arte (Walter Benjamin) crea nuevos espacios alrededor de las zonas de vecindad imbricadas de las pr�cticas art�sticas, del activismo pol�tico y de la producci�n te�rica. rePUBLICart � Estamos haciendo actualmente la experiencia de una politizaci�n mucho m�s radical que cualquiera otra que se haya conocido hasta ahora, esto debido a que tiende a disolver la distinci�n entre las esferas p�blicas y privadas, no en el sentido de una invasi�n de la esfera privada por un espacio p�blico uniforme, sino m�s bien en el sentido de una multiplicaci�n de espacios pol�ticos radicalmente nuevos e in�ditos. � (Ernesto Laclau/Chantal Mouffe) Lo p�blico no es une substancia preexistente ni un terreno inmutable. Lo que cuenta aqu� no es preconizar o conceptualizar el advenimiento de una esfera p�blica �nica (sea ella restringida a las clases privilegiadas o sea ella un mega-p�blico universal). Se trata m�s bien de constituir de manera permanente esferas p�blicas plurales, que correspondan a las distintas facetas de la multitud : una multiplicidad de esferas p�blicas concebidas no de manera est�tica sino como el llegar a ser de las pr�cticas de articulaci�n y emancipaci�n. Estas situaciones espacio-tiempo crean las condiciones prealables del intercambio de posiciones diferentes en las cuales lo diferente establece una relaci�n a lo diferente. Los l�mites son permeables, en si mismos no son ni exclusivos-excluyentes, ni tampoco inclusivos-uniformisantes. No se trata entonces de unificar consensualmente las diferentes esferas p�blicas, sino m�s bien al contario, de abrirlas de manera conflictual. No es un asunto de homogeneizaci�n o de transparencia total, sino de conflicto permanente y de renegociaci�n incesante de las posiciones diferentes. Lo p�blico como instancia consumista y voyeurista es aqu� impensable. La recepci�n de un espect�culo es contarrestada por la producci�n de acontecimientos singulares, y al � hombre p�blico � se opone una diversidad de modos de subjetivaci�n. rePUBLICART El arte p�blico estaba ya en expansi�n al comienzo de los a�os noventa seg�n una diversidad de modalidades : las pr�cticas participativas, Community Arts, New Genre Public Art, guerrilla de comunicaci�n, las intervenciones concretas, el activismo, etc., hab�an marcado una transici�n paulatina de las problem�ticas relativas a la percepci�n hacia las actividades sociales y pol�ticas. Los projectos provisorios hab�an suplantado a la producci�n de objetos permanentes ; las comunidades hab�an substituido a los artistas individuales al mismo tiempo que la participaci�n se impuso al consumo de arte. Sin embargo, desde la mitad de los a�os noventa, cada vez m�s voces cr�ticas se alzaron con la finalidad de acusar estos tipos de pr�cticas de despolitizar e incluso de servir de aval a la realizaci�n de la expansi�n neoliberal. Los argumentos mobilizados para sostener esta opini�n pon�an en evidencia : la funci�n sospechosa de los projectos art�sticos en los procesos de � gentrification � o en el ocultamiento del despedazamiento de las estructuras del Estado Social ; la apropiaci�n de los projectos como herramientas de marketing tur�stico teniendo como objetivo el mejoramiento de la imagen de las ciudades ; la instrumentalizaci�n de la diferencia de los temas y grupos marginales ; y finalmente, el retorno por la puerta posterior de la figura del � padre artista �. Un aspecto parcial y un efecto de est ola de criticismo ha sido une reacci�n y un retiro notorio de la corriente art�stica dominante en los viejos espacios caracterizados por la preeminencia dada a los temas de la percepci�n y a las experiencias de la recepci�n. Sin embargo, actualmente se hacen sentir signos claros de un nuevo cambio. Lo que le faltaba a las pr�cticas de los a�os noventa no parece ahora estar ausente, es decir, la insersi�n en un contexto mas amplio y la interconexi�n con los diferentes movimientos sociales. A�adi�ndose a la diversidad de las pr�cticas que se oponen � la globalizaci�n econ�mica, los viejos esquemas de intervenci�n art�stica han entrado en metamorfosis, lo que permite el surgimiento de nuevas pr�cticas. En este contexto, el arte se vuelve nuevamente p�blico. En torno a los temas y alineamientos activistas, de la globalizaci�n, del r�gimen de fronteras y migraciones, las condiciones est�n creadas para que � la m�quina revolucionaria, la m�quina art�stica y la m�quina anal�tica llegen a ser piezas y engranajes mutuos.� (Gilles Deleuze/ F�lix Guattari) Gerald Raunig, 07/08 2002 Traducci�n: Francisco Padilla http://republicart.net/manifesto.htm ---- eipcp - european institute for progressive cultural policies a-1060 vienna, gumpendorfer strasse 63b [email protected] www.eipcp.net www.republicart.net _______________________________________________ Nettime-lat mailing list [email protected] http://amsterdam.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat