Grano de Arena on Thu, 24 Apr 2003 16:03:16 +0200 (CEST)


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[nettime-lat] [ATTAC] INFORMATIVO 189 - DE BAGDAD A DAMASCO


EL GRANO DE ARENA
Correo de informaci�n ATTAC n�189
Lunes, 21/04/2003
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En este n�mero

1.- Una guerra est�pida: Esta es la m�s est�pida y atropellada guerra
de los tiempos modernos. No es sino la arrogancia imperial sin
preparaci�n en los asuntos del mundo, sin traza de competencia ni
experiencia, a la que ni la historia o la complejidad humana le ponen
freno, inmisericorde en su violencia brutal y en su cruel jugueter�a
electr�nica.

2.- La n�usea: Las bombas inteligentes, que tan burras parecen, son
las que m�s saben .Ellas han revelado la verdad de la invasi�n.
Mientras Rumsfeld dec�a: "Estos son bombardeos humanitarios", las
bombas destripaban ni�os y arrasaban mercados callejeros.

3.- De Bagdad a Damasco: Muchos halcones washingtonianos se sentir�an
felices de atacar a Damasco y a Teher�n, y lo pregonan. La prudencia y
la historia reciente imponen lamentablemente no subestimar sus
influencias.

4.- Tres fusilados en Cuba: El costo pol�tico de los fusilamientos
para el gobierno cubano es muy alto. La pregunta es, �porqu� Fidel
estuvo dispuesto a pagarlo? La respuesta sumaria es clara: el no
haberlo hecho, hubiera significado un costo pol�tico mayor. �Y cual
hubiera sido? Enfrentarse en condiciones m�s desfavorables a�n para
Cuba, a la conspiraci�n del imperio.

5.- Sabidur�a al rev�s: "No utilizo mi espada donde alcanza el l�tigo,
ni uso el l�tigo donde es suficiente con mi palabra". Lee la
interpretaci�n de Bush

6.- Foro bolivariano insiste en el camino de la revoluci�n en
democracia.
Voceros del gobierno resaltaron que el reci�n concluido Encuentro
Mundial de Solidaridad con Venezuela sirvi� para demostrar la fuerza y
respaldo que tiene este proceso de cambio, a un a�o de la derrota del
golpe de Estado fascista.

7.- Mumbai ser� sede del Foro Social Mundial 2004, en India: se
constituy� el Comit� Mumbai para el FSM2004 y el d�a 12/4 se realiz�
una nueva reuni�n para tratar las deliberaciones detalladas y
finalizar la definici�n de papeles y responsabilidades de los grupos
funcionales

8.-M�xico: acuerdo nacional para el campo: El acuerdo fundamentalmente
es para establecer una nueva pol�tica hacia el campo y una nueva
relaci�n entre el estado mexicano y la sociedad rural"




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1. Una guerra est�pida
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 Edward W. Said*

Lleno de contradicciones, mentiras flagrantes y afirmaciones sin
fundamento, el torrente de reportajes y comentarios de unos medios
taponados en torno a la guerra contra Irak (que contin�a con el
patrocinio de algo llamado "la coalici�n", aunque no sea sino una
guerra estadounidense con alguna ayuda brit�nica) ha oscurecido todo
lo criminalmente est�pido de su planeaci�n, propaganda y discurso
justificador de los militares y los expertos en pol�tica.

Durante las �ltimas dos semanas he viajado por Egipto y L�bano en un
intento por mantenerme al tanto del flujo interminable de informaci�n
y desinformaci�n que sale de Irak, Kuwait, Qatar y Jordania, mucho del
cual apunta enga�osamente a lo optimista, aunque haya mucho de
dram�tico en su procedencia y su inmediatez. Los canales satelitales
�rabes, siendo Al Jazeera el m�s notorio y eficiente, muestran en lo
general una visi�n de la guerra totalmente opuesta al material
est�ndar ofrecido por los reporteros incrustados -especulaciones de
que hay iraqu�es asesinados por no combatir, levantamientos masivos en
Basora, cuatro o cinco "ca�das" de

Um Qasr y Fao- que, a fin de cuentas, se miran tan sucios y perdidos
como los soldados de habla inglesa con los que conviven. Al Jazeera
tiene reporteros en Mosul, Bagdad, Basora y Nasariya (uno de ellos, el
sensible Taysir Aloni, periodista veterano de la guerra de Afganist�n)
que presentan un recuento mucho m�s detallado y en el sitio exacto de
los despedazamientos ocasionados por el pesado bombardeo que ya
devast� Bagdad y Basora, y de la extraordinaria resistencia e
indignaci�n de la poblaci�n iraqu� -que se supon�a era tan s�lo un
sombr�o grupo de personas ansiosas de ser liberadas para despu�s
arrojar flores a los �mulos de Clint Eastwood.

Hay que dejar en claro lo que de absurdo y subnormal tiene esta
guerra. Apart�monos un momento de su ilegalidad y su vasta
impopularidad. No mencionemos el modo pesante, inaceptable a nivel de
lo humano, totalmente destructivo, de las guerras estadounidenses del
medio siglo anterior.

Primero que nada, nadie ha probado satisfactoriamente que Irak posea
armas de destrucci�n masiva que entra�en una amenaza inminente para
Estados Unidos. Nadie. Irak es un Estado muy debilitado, devaluado,
del tercer mundo, gobernado por un r�gimen desp�tico odiado: no hay
desacuerdo alguno al respecto en ninguna parte, mucho menos en el
mundo �rabe e isl�mico. Que represente alg�n tipo de amenaza para
alguien, en su actual estado de sitio, es una noci�n que da risa, pero
ning�n periodista de las legiones sobrerremuneradas que pululan por el
Pent�gono, el Departamento de Estado y la Casa Blanca se ha preocupado
por documentar esta cuesti�n.

Y sin embargo, en teor�a, Irak podr�a haber sido un desaf�o para
Israel en un futuro, pues es el �nico pa�s �rabe que tiene los
recursos humanos, naturales y de infraestructura para emprenderla, ya
no digamos contra Estados Unidos, pero s� contra la brutalidad
arrogante de Israel.

Esta es la causa por la que la fuerza a�rea de Begin bombarde� Irak
preventivamente en 1981. N�tese entonces la r�plica repugnante de las
suposiciones y t�cticas israel�es (todas ellas, como lo mostrar�,
sorprendentemente fallidas) en todo lo que Estados Unidos ha estado
planeando y poniendo en marcha en su actual campa�a de guerra
preventiva posterior al 11 de septiembre. Qu� verg�enza que los medios
sean tan timoratos que no investigan el lento apoderamiento que el
partido Likud emprende del pensamiento pol�tico y militar
estadounidense en torno al mundo �rabe. Todos tienen tanto miedo de
que les hagan cargos de antisemitismo -cargo que lanza incluso el
rector de Harvard sin consideraci�n alguna- que los neoconservadores,
la derecha cristiana y los halcones civiles del Pent�gono (que tienen
agarrada del cuello la pol�tica estadounidense) son una especie de
realidad que fuerza a todo un pa�s a asumir una actitud de total
beligerancia y hostilidad sin freno. Debimos haberlo pensado, pero en
aras de la dominaci�n global estadounidense creemos encaminarnos a
otro holocausto.

�Puede ser cierto, seg�n alg�n par�metro humano normal, que la
poblaci�n iraqu� d� la bienvenida a las fuerzas estadounidenses que
invadieron el pa�s despu�s de bombardeos tan terribles? Que esa noci�n
rid�cula sea uno de los acicates para la pol�tica estadounidense, da
testimonio de la basura que le cuentan al gobierno de Estados Unidos
los dos expertos y acreditados orientalistas -Bernard Lewis y Fouad
Ajami (que tienen tiempo siendo la mayor influencia en la pol�tica
hacia Medio Oriente)- y la oposici�n iraqu�. Muchos de estos
opositores perdieron contacto con su pa�s y son proclives a promover
su carrera pol�tica una vez terminada la guerra, vendi�ndole a los
estadounidenses lo f�cil que ser�a una invasi�n.

Lewis, que tiene ya m�s de 80 a�os, vino a Estados Unidos hace unos 35
a�os a dar clases en Princeton, donde su ferviente anticomunismo y su
sarc�stica desaprobaci�n de todo lo relacionado con los �rabes de hoy
y el Islam (excepto la moderna Turqu�a) lo impulsaron al primer plano
de las batallas en favor de Israel en los �ltimos a�os del siglo XX.
Con su orientalismo a la antigua, pronto fue rebasado por los avances
en las ciencias sociales y las humanidades que formaron a una nueva
generaci�n de acad�micos que ven a los �rabes y al Islam como sujetos
vivientes y no como nativos atrasados. Para Lewis, hacer difusas
generalizaciones de la totalidad del Islam y lo atrasado de la
civilizaci�n de ''los �rabes'' fue la ruta viable hacia una verdad que
s�lo pod�a estar disponible para alguien tan experto como �l. No cab�a
el sentido com�n que acompa�a la experiencia humana; mientras,
pronunciamientos resonantes acerca del choque de civilizaciones eran
su gu�a (Huntington hall� su lucrativo concepto en uno de los ensayos
m�s estridentes de Lewis acerca del "retorno del Islam"). Como
ide�logo y generalizador que recurre a la etimolog�a para demostrar
sus argumentos sobre el Islam y los �rabes, Lewis encontr� un p�blico
nuevo entre la camarilla de sionistas estadounidenses para quienes
dirigi� -en peri�dicos como Commentary y luego en The New York Review
of Books- sus pontificaciones tendenciosas, reforzando las bases de
los estereotipos negativos que prevalecen en torno a musulmanes y
�rabes.

Lo que hizo del trabajo de Lewis algo tan contundente en sus efectos
es el hecho de que, sin puntos de vista que lo contradijeran, los
estadounidenses cayeron redonditos (los dise�adores de pol�ticas
p�blicas en particular). Eso, m�s la distancia glacial y la altaner�a
de su trato, hicieron de Lewis una ''autoridad'' aun cuando no ha
entrado, mucho menos vivido, en el mundo �rabe. Su libro m�s reciente,
What Went Wrong?, se convirti� en un �xito de librer�a despu�s del 11
de septiembre y es, me han dicho, una lectura obligada para los
militares estadounidenses, pese a su vacuidad y sus aseveraciones sin
fundamentos, factualmente incorrectas, acerca de los �rabes de los
�ltimos 500 a�os. Leyendo el libro, uno se hace la idea de que los
�rabes son un mont�n de primitivos atrasados, mucho m�s f�ciles de
atacar y ser destruidos que nunca antes.

Lewis fue quien formul� tambi�n aquella tesis fraudulenta de que hay
tres c�rculos conc�ntricos en Medio Oriente -pa�ses con pueblos y
gobiernos pro estadounidenses (Jordania, Egipto y Marruecos), con
pueblos pro estadounidenses y gobiernos antiestadounidenses (Irak e
Ir�n) y con gobiernos y pueblos antiestadounidenses (Siria y Libia).
Todo esto rept� gradualmente hacia el interior del Pent�gono y su
planeaci�n, sobre todo porque Lewis continu� vomitando sus f�rmulas
simplistas por televisi�n y en art�culos publicados por la prensa del
ala derecha. As�, los �rabes no luchar�an, no saben c�mo; nos dar�an
la bienvenida y, sobre todo, condescender�an por completo ante
cualquier poder que los estadounidenses tuvieran a bien llevarles.

Ajami es un shi'a liban�s, educado en Estados Unidos, que hizo fama
como comentarista pro palestino. Hacia mediados de los 80 era ya
profesor en Johns Hopkins y ferviente ide�logo del antinacionalismo
�rabe, y fue adoptado r�pidamente por la camarilla de sionistas del
ala derecha (ahora trabaja para gente como Martin Peretz y Mort
Zuckerman) y para grupos como el Consejo de Relaciones Exteriores. Le
encanta describirse como un Naipaul de la no-ficci�n y cita a Conrad,
aunque en realidad suena tan �o�o como Jalil Jibr�n. Adem�s Ajami es
propenso a las frasecitas cortas y pegajosas, ideales para la
televisi�n, no para un pensamiento reflexivo. Es autor de dos o tres
libros tendenciosos y mal informados, y tiene influencia por ser
considerado un ''informante nativo'', por lo que puede arengar a los
televidentes con su veneno mientras degrada a los �rabes al rango de
criaturas subhumanas cuyo mundo y actualidad no le importan a nadie.
Hace diez a�os comenz� a desplegar un ''nosotros'' como modo de
invocar una colectividad imperial autojustificativa que junto con
Israel nunca hace nada malo. Los �rabes son culpables de todo, por
tanto merecen ''nuestro'' desprecio y hostilidad.

Irak le sac� un veneno especial. Fue uno de los primeros impulsores de
la guerra de 1991 y pienso que confundi� deliberadamente la mente
estrat�gica estadounidense, b�sicamente ignorante, para que creyera
que ''nuestro'' poder pondr�a las cosas en su lugar. Dick Cheney lo
cit� en un discurso importante en agosto pasado, diciendo que los
iraqu�es ''nos'' dar�an la bienvenida como libertadores en ''las
calles de Basora'', la cual resiste combatiendo mientras escribo esto.
Al igual que Lewis, Ajami no ha residido en el mundo �rabe desde hace
a�os, aunque se rumora que es cercano a los saudis, de quienes dice
son los modelos de la futura gobernabilidad del mundo �rabe.

Si Ajami y Lewis son las figuras intelectuales dominantes en la
planeaci�n estadunidense en Medio Oriente, uno no puede sino
sobrecogerse por lo trivial y d�bil de la pol�tica que irrumpi� en el
Pent�gono y la Casa Blanca, de la que surgen tales ''ideas'' y
escenarios como un golpe r�pido en un Irak amigable. El Departamento
de Estado, despu�s de una larga campa�a sionista contra sus llamados
"arabistas", fue purgado de toda visi�n contrapuesta, y Colin Powell,
recordemos, no es sino un sirviente fiel del poder.

As� que como el Irak de Saddam tiene potencial para armar l�os contra
Israel, se le destina una eliminaci�n militar y pol�tica, sin importar
su historia, la complejidad de su sociedad, su din�mica interna y sus
contradicciones. Paul Wolfowitz y Richard Perle dijeron exactamente
eso cuando eran asesores de Benjamin Netanyahu en la campa�a electoral
de 1996. Saddam Hussein es, por supuesto, un tirano horrible, pero
parecer�a que la mayor�a de los iraqu�es no hubiera sufrido
terriblemente a causa de las sanciones estadounidenses y estuvieran
deseosos de aceptar m�s castigo en la remota posibilidad de ser
"liberados". Despu�s de una liberaci�n as�, cu�l perd�n. A final de
cuentas miren la guerra de Afganist�n, que adem�s de los bombardeos
lanz� sandwiches de mantequilla de cacahuate. S�, Karzai est� en el
poder, pero no es uno muy estable, y los talibanes, los servicios
secretos paquistan�es, los campos de amapola, todo eso est� de nuevo,
como tambi�n los se�ores de la guerra. No es una matriz muy brillante
para aplicarla en Irak, que no se parece a Afganist�n, de todas
maneras.

La oposici�n iraqu� expatriada siempre ha sido un grupo heterog�neo.
Su l�der, Ahmad Chalabi, es un hombre brillante, hoy buscado por
desfalcador en Jordania, sin una base social m�s all� de la oficina de
Paul Wolfowitz en el Pent�gono. El y sus asistentes (por ejemplo el
muy mezquino Kanan Makiya, quien dijo que el inmisericorde bombardeo
estadounidense de su tierra natal, perpetrado desde gran altitud, era
"m�sica para mis o�dos") m�s algunos ex miembros del partido Baaz, los
cl�rigos shia y otros le vendieron al gobierno estadounidense el
cuento de las guerras r�pidas, los soldados que desertan, las
multitudes vitoreantes, sin evidencias ni experiencia viva. Uno no
puede, por supuesto, culpar a esta gente por querer librar de Saddam
Hussein al mundo: todos estar�amos mejor sin �l. El problema es la
falsificaci�n de la realidad y la creaci�n de escenarios ideol�gicos o
metaf�sicos, que los planificadores de pol�ticas estadounidenses,
b�sicamente ignorantes, se tragaron, y le impusieron
antidemocr�ticamente a un presidente fundamentalista y a un p�blico en
gran medida malinformado. Podr�a haber resultado que Irak era la luna
y el Pent�gono y la Casa Blanca eran la Academia de Lagado, de
Jonathan Swift.

Otras de las premisas que subyacen tras la campa�a en Irak son
proposiciones que suspenden el pensamiento, como aquella de tener el
poder de redibujar el mapa de Medio Oriente, poniendo en operaci�n "un
efecto domin�" al llevarle democracia, suponiendo que el pueblo iraqu�
constituye una especie de tabula rasa sobre la cual se pueden grabar
las ideas de William Kristol, Robert Kagan y otros profundos
pensadores de la extrema derecha. He dicho en alg�n art�culo previo
que tales ideas las prob� primero que nadie Ariel Sharon en L�bano,
durante la invasi�n de 1982, y luego en Palestina, desde que asumi� el
cargo hace dos a�os. Esto trajo mucha destrucci�n pero poca seguridad,
paz y obediencia subalterna que presumir. No importa: las fuerzas
especiales estadounidenses han practicado y perfeccionado el asalto
repentino de hogares civiles junto a los soldados israel�es en Jenin.
Conforme avanza esta guerra de Irak, tan mal concebida, es dif�cil
creer que m�s all� de este episodio sangriento las cosas cambiar�n,
pero si se involucran Siria e Ir�n, y los fr�giles reg�menes se
sacuden a�n m�s, si se inflama la indignaci�n �rabe hasta su punto de
ebullici�n, uno no puede sino imaginar que la victoria en Irak no se
parecer� en nada a los mitos simplistas que nos venden Bush y su
pandillita.

Pero lo que realmente desconcierta es que la ideolog�a estadounidense
reinante est� todav�a atada a la visi�n de que el poder estadounidense
es fundamentalmente benigno y altruista. Esto sin duda explica la
furia expresada por los eruditos y funcionarios estadounidenses ante
la entereza iraqu� para resistir, o de que se muestre por televisi�n a
los prisioneros estadounidenses. Esto les parece peor que bombardear
mercados y ciudades enteras o mostrar filas de prisioneros iraqu�es
arrodillados o tendidos boca abajo en la arena. De pronto, las
convenciones de Ginebra no se aplican en Camp X-Ray, pero s� para
Saddam, y cuando sus fuerzas se ocultan en las ciudades eso es trampa,
mientras que tender una alfombra de bombas desde los 10 mil metros de
altura es jugar limpio.

Esta es la m�s est�pida y atropellada guerra de los tiempos modernos.
No es sino la arrogancia imperial sin preparaci�n en los asuntos del
mundo, sin traza de competencia ni experiencia, a la que ni la
historia o la complejidad humana le ponen freno, inmisericorde en su
violencia brutal y en su cruel jugueter�a electr�nica. Llamarle
"basada en la fe" es darle a la fe un nombre peor del que ya tiene.
Con l�neas de abastecimiento vulnerables y muy largas, plena de
locuacidad analfabeta y un ciego machacado militar, planeada muy
pobremente, con ineficiencia log�stica y explicaciones redundantes y
tramposas, la guerra de Estados Unidos contra Irak encuentra su
encarnaci�n m�s perfecta en el pobre George Bush y su dificultad para
no perder el hilo de esos textos que le prepararon y que casi ni ley�.
La otra encarnaci�n es la petulancia verbosa de Rummy Rumsfeld, que
manda a tantos j�venes soldados a morir o a matar a tanta gente como
sea posible. Qu� ganancia, o para el caso qu� p�rdidas entra�a esta
guerra, es algo literalmente impensable. Compadezcamos a los iraqu�es
civiles que todav�a tendr�n que sufrir tanto antes de que finalmente
sean liberados

*Intelectual estadounidense de origen palestino. En 2002 recibi� el
Premio Pr�ncipe de Asturias


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2. La n�usea

Eduardo Galeano

Las bombas inteligentes, que tan burras parecen, son las que m�s saben
.Ellas han revelado la verdad de la invasi�n. Mientras Rumsfeld dec�a:
"Estos son bombardeos humanitarios", las bombas destripaban ni�os y
arrasaban mercados callejeros.

El pa�s que m�s armas y m�s mentiras fabrica en el mundo desprecia el
dolor de los dem�s. "Nosotros no contamos a los muertos", contest� el
general Franks, cuando alguien le pregunt� sobre los da�os
colaterales, como se llaman los civiles que vuelan en pedazos sin
comerla ni beberla.

Babilonia, la ramera del Antiguo Testamento, merece este castigo. Por
sus muchos pecados y por su mucho petr�leo.

Los invasores buscan las armas de destrucci�n masiva que ellos hab�an
vendido, cuando el enemigo era amigo, al dictador de Irak, y que han
sido elprincipal pretexto de la invasi�n. Hasta ahora, que se sepa, no
han encontrado m�s que armas de museo, en muy desigual combate.

Pero, �son armas de construcci�n masiva los misiles gigantes que ellos
disparan? Los invasores tienen a la vista las armas t�xicas y las
armas prohibidas: las est�n usando. El uranio empobrecido envenena la
tierra y el aire y los racimos de acero de las bombas de fragmentaci�n
matan o mutilan en un �rea que va mucho m�s all� de sus blancos.

En 1983, cuando los marines se apoderaron de la isla de Granada, la
asamblea de las Naciones Unidas conden�, por abrumadora mayor�a, la
invasi�n. El presidente Reagan, respetuoso, coment�: "Esto no ha
perturbado para nada mi desayuno".

Seis a�os despu�s, fue el turno de Panam�. Los libertadores
bombardearon los barrios m�s pobres, fulminaron a miles de civiles,
reducidos a 560 en la cifra oficial, y eligieron al nuevo presidente
del pa�s en la base militar de Fort Clayton. El Consejo de Seguridad,
casi por unanimidad, se pronunci� en contra. Los Estados Unidos
vetaron la resoluci�n, y se pusieron a trabajar en sus invasiones
siguientes. Las Naciones Unidas aplaudieron esas invasiones
siguientes, o silbaron y miraron para otro lado. Y fueron las Naciones
Unidas las que decretaron el embargo internacional contra Irak, que
asesin� mucha m�s gente que la guerra de Bush Padre: m�s de medio
mill�n de ni�os muertos, a confesi�n de parte, por falta de medicinas
y de alimentos.

Pero ahora, oh sorpresa, las Naciones Unidas se han negado a acompa�ar
la nueva carnicer�a de Bush Hijo. Para evitar que en las pr�ximas
guerras se repita este episodio de mala conducta, me temo, no habr�
m�s remedio que contar los votos del Consejo de Seguridad en el estado
de Florida.

No hab�an aparecido los primeros misiles en los cielos de Irak, cuando
ya se hab�a cocinado el gobierno de ocupaci�n, democr�tico gobierno
�ntegramente formado por militares de Estados Unidos, y ya se estaba
haciendo el reparto de los despojos del vencido. Todav�a se sigue
disputando el bot�n, que no es moco de pavo: los fabulosos yacimientos
de oro negro, el gran negocio de la reconstrucci�n de lo que la
invasi�n destruye...

Las empresas agraciadas celebran sus conquistas en las pizarras de la
Bolsa de Nueva York. All� est� el mejor noticiero de la guerra. Los
�ndices bailan al son de la carnicer�a humana

En 1935, el general Smedley Butler hab�a resumido as� sus tres d�cadas
de trabajo como oficial de marines: "Yo fui un pistolero del
capitalismo". Y hab�a dicho que �l pod�a dar algunos consejos a Al
Capone, porque los marines operaban en tres continentes y Capone
actuaba nada m�s que en tres distritos de una sola ciudad.

Y a m� qu� tajada me va a tocar, se preguntan algunos miembros de la
coalici�n. Pero, �qu� coalici�n? Los c�mplices de esta misi�n
libertadora, que son cuarenta, como en el cuento de Al� Bab�, integran
un coro donde abundan los violadores de los derechos humanos y las
dictaduras lisas y llanas. �Y desde d�nde se ha lanzado la cruzada?
�D�nde est�n ubicadas las bases militares de Estados Unidos? Basta con
echar una ojeada al mapa: esas monarqu�as petroleras, inventadas por
las potencias coloniales, se parecen tanto a la democracia como Bush
se parece a Gandhi.

Es una alianza de dos. Uno que crece, el imperio de hoy, y otro que
encoge, el imperio de ayer. Los dem�s sirven el caf� y esperan la
propina.

Esta alianza de dos por la libertad del petr�leo, que Irak
nacionaliz�, no tiene nada de nuevo. En 1953, cuando Ir�n anunci� la
nacionalizaci�n del petr�leo, Washington y Londres respondieron
organizando, juntos, un golpe de Estado. El mundo libre amenazado hizo
correr la sangre y el sha Pahlevi, estrella de las revistas del
coraz�n, se convirti� en el carcelero de Ir�n durante un cuarto de
siglo.

En 1965, cuando Indonesia anunci� la nacionalizaci�n del petr�leo,
Washington y Londres tambi�n respondieron organizando, juntos, un
golpe de Estado. El mundo libre amenazado instal� la dictadura del
general Suharto sobre una monta�a de muertos. Medio mill�n, seg�n los
c�lculos que m�s cortos se quedan. De cada �rbol colgaba un ahorcado.
Todos comunistas, aclaraba Suharto.

El sigui� matando. Le qued� el tic. En 1975, pocas horas despu�s de
una visita del presidente Gerald Ford, invadi� Timor Oriental y
asesin� a la tercera parte de la poblaci�n. En 1991 mat�, all�, a unos
cuantos miles m�s. Diez resoluciones de las Naciones Unidas obligaban
a Suharto a retirarse de Timor Oriental "sin demora". El, siempre
sordo. A nadie se le ocurri� bombardearlo por eso, ni las Naciones
Unidas le decretaron ning�n embargo universal.

En 1994, John Pilger visit� Timor Oriental. Mirara donde mirara,
campos, monta�as, caminos, ve�a cruces. La isla, toda llena de cruces,
era un gran cementerio. De esas matanzas, nadie se hab�a enterado.

El a�o pasado, Ana Luisa Vald�s estuvo en Yen�n, uno de los campos de
refugiados palestinos bombardeados por Israel. Ella vio un inmenso
agujero, lleno de muertos bajo los escombros. El agujero de Yen�n
ten�a el mismo tama�o que el de las Torres Gemelas de Nueva York.
Pero, �cu�ntos lo ve�an, adem�s de los sobrevivientes que revolv�an
los escombros buscando a los suyos? Las tragedias conmueven al mundo
en proporci�n directa a la publicidad que tienen.

Hay periodistas honestos, que cuentan la guerra de Irak tal como la
ven. Algunos, lo han pagado con la vida. Pero hay periodistas
disfrazados de soldados, que m�s bien parecen soldados disfrazados de
periodistas, que ofrecen versiones adaptadas al paladar de las grandes
cadenas de la desinformaci�n globalizada.

�Matanzas en los mercados llenos de gente? Fueron bombas iraqu�es.
�Civiles muertos? Escudos humanos que usa el dictador. �Ciudades
sitiadas, sin agua ni comida? La invasi�n es una misi�n humanitaria.
�Resistieron algunas ciudades mucho m�s de lo previsto? En la tele, se
han rendido todos los d�as.

Los invasores son h�roes. Los invadidos que les hacen frente son
instrumentos de la tiran�a: los acusan de defenderse. La mayor�a de
los estadounidenses est� convencida de que Saddam Hussein derrib� las
torres de Nueva York. Tambi�n cree, esa mayor�a, que su presidente
hace lo que hace por el bien de la humanidad y por inspiraci�n divina.
Los medios masivos venden certezas, y las certezas no necesitan
pruebas. Pero el mundo est� harto de que una vez m�s lo obliguen a
tragarse, cada d�a, los sapos de ese men�.

El pa�s dedicado a bombardear a los dem�s pa�ses, que desde hace
a�ares viene infligiendo al planeta una incontable cantidad de once de
setiembres, ha proclamado la tercera guerra mundial infinita.

El presidente, que no fue a Vietnam gracias a pap� y que s�lo conoce
las guerras de Hollywood, manda matar y manda morir. No en nuestro
nombre, claman los familiares de las v�ctimas de las torres.

No en nuestro nombre, clama la humanidad. No en mi nombre, clama Dios

Pagina12/WEB, el pais a diario.


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3. De Bagdad a Damasco
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�Es que acaso se trata de una embriaguez inmediata a la victoria? �La
sensaci�n de que a qui�n puede imponerse por la fuerza le est� todo
permitido?�La convicci�n de que el hecho de haber sido golpeado por el
terrorismo - el 11 de setiembre de 2001 - autoriza a los EEUU a
voltear un r�gimen aqu�, a castigar a otro all�, a amenazar a otro m�s
all�? �Se trata, en s�ntesis, de aplicar a un pa�s vecino Siria,
capturada apenas la �ltima ciudad iran�, la doctrina Bush de la guerra
preventiva? �Y de imponer, por lo menos en esta regi�n, la muy
sovi�tica concepci�n sobre las relaciones internacionales: mi
seguridad, es la inseguridad de los dem�s?

Esta es, en todo caso, la leg�tima impresi�n que se pod�a tener en
Damasco y m�s all�, el lunes 14 de abril, al d�a siguiente de una
bater�a de declaraciones estadounidenses contra el r�gimen sirio. En
t�rminos generales, desde el Presidente George W. Bush, hasta el
secretario de Estado Colin Powell y el secretario de defensa Ronald
Runsfeld, formularon dos acusaciones. Siria es culpable, por una parte
de tener armas de destrucci�n masiva (las propias y puede ser tambi�n
las que los EEUU no encontraron en Irak y que habr�an sido
transferidas por los iraqu�es a un lugar seguro, del otro lado de la
frontera) y por otra de haber acogido en su territorio a algunos
dirigentes iraqu�es. Todo esto comienza a asemejarse a los "cargos de
culpabilidad" reunidos contra Irak antes del desencadenamiento de la
guerra

Siria no solo tiene una frontera com�n con Irak, tambi�n los une una
historia pol�tica com�n. Fue un sirio Michel Aflak qui�n a fines de
los cuarenta, fund� el Baasismo, la doctrina laica y socializante que
inspir� a los partidos actualmente en el poder en Damasco y hasta
estos �ltimos d�as a los de Bagdad. Ambos partidos han sido
r�pidamente confundidos. Pero teniendo en cuenta sus vinculaciones, no
ser�a demasiado sorprendente sino hasta l�gico que los baasistas
iraqu�es se hayan refugiado en su vecino del norte.

Habiendo rehusado firmar lo que fuere, - al rev�s de Irak sometido al
embargo - Siria pudo desarrollar armas de destrucci�n masiva y
seguramente lo hizo. Hasta estas �ltimas semanas esto no inquietaba a
los EEUU los que se congratulaban por la cooperaci�n de Damasco en la
lucha contra Al-Quaida Entonces �porqu� ahora estas amenazas?

La hip�tesis optimista y la m�s cre�ble, es que ambos pa�ses forman
parte de un plan que Washington anunci� al atacar a Irak. La ca�da de
Bagdad es una se�al dirigida a todos los pa�ses de la regi�n. Es una
exhortaci�n a no desplegar armas de destrucci�n masiva y a no apoyar
movimientos terroristas (Siria apoya al Hezbollah). Es el comienzo de
una remodelaci�n pol�tica de la regi�n que tiende a intimidar y a
desestabilizar los reg�menes considerados m�s radicales.

La otra hip�tesis es la de una Casa Blanca ebria de poder militar.
Muchos halcones washingtonianos se sentir�an felices de atacar a
Damasco y a Teher�n, y lo pregonan. La prudencia y la historia
reciente imponen lamentablemente no subestimar sus influencias.

Traducci�n S. Merino

Le Monde, 14 de abril de 2003


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4. Tres fusilados en Cuba
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 Heinz Dieterich Steffan

El fusilamiento de Lorenzo Copello Castillo, B�rbaro Sevilla Garc�a y
Jorge Luis Mart�nez Isaad, "los tres principales, m�s activos y
brutales jefes de los secuestradores" de una lancha cubana, el viernes
11 de abril, 2003, ha desplazado moment�neamente la agresi�n
estadounidense en Irak de las primeras planas period�sticas
latinoamericanas y desatado una intensa discusi�n entre amigos y
enemigos de la revoluci�n.

Las ejecuciones plantean tres dimensiones diferentes de discusi�n: la
�tica, la legal y la pragm�tica. La primera se refiere a la
legitimidad o justificabilidad de la pena de muerte. Yo personalmente,
es decir, como cient�fico materialista y humanista, estoy en contra de
la pena capital, en cualquier circunstancia y por cualquier entidad,
sea en tiempos de guerra o de paz; sea por un Estado laico, un ente
teocr�tico, un sujeto social o un individuo.

Esta posici�n se basa en tres argumentos. En el aspecto moral
considero que ning�n ente en el mundo tiene la autoridad para quitarle
la vida a otra persona aunque haya cometido cr�menes graves. El
leg�timo derecho de la comunidad de protegerse del abuso del poder, no
confiere, a mi juicio, la facultad de matar a otros seres humanos.

El segundo argumento es de realpolitik. Ninguna investigaci�n
criminol�gica ha podido demostrar que la pena de muerte evite
determinados tipos de cr�menes violentos o que reduzca la tasa de
criminalidad. No hay evidencia cient�fica para sostener la tesis de
que la pena de muerte impide determinados cr�menes. No hay correlaci�n
estad�stica positiva entre ambos fen�menos.

Las razones que explican esa falta de correlaci�n son obvias. Muchos
cr�menes violentos son cr�menes emotivos, que no se realizan sobre un
fr�o c�lculo de costo-beneficio del delito. Y aquellos cr�menes
violentos, que son planificados racionalmente, parten del supuesto de
los delincuentes de que escapar�n a la justicia. Este supuesto, que es
la base de todos los cr�menes "racionales", anula el efecto disuasivo
de la pena de muerte.

El tercer argumento consiste en que toda justicia humana es falible y
que, por lo tanto, a�n las mejores intenciones y procedimientos de
justicia no pueden excluir la ejecuci�n de inocentes. La
irreversibilidad de la pena capital hace imposible la correcci�n de
esos errores, tal como vemos actualmente en la liberaci�n de muchos
condenados, por los nuevos m�todos de an�lisis de ADN.

La decisi�n �tica sobre la pena capital, la tiene que tomar cada
persona por si misma, porque uno es s�lo responsable de sus propios
actos. Hay, por supuesto, perfiles nacionales muy diferentes sobre
este problema, seg�n las idiosincrasias culturales de cada lugar. Mis
discusiones con mis amigos cubanos me han ense�ado que muchos
ciudadanos de este pa�s consideran la pena de muerte leg�tima. m�s
f�cil de discutir que la moral, porque se reduce a la pregunta de que
si el procedimiento del juicio sumario utilizado en este caso, est�
amparado en la legislaci�n del pa�s. Se complica, sin embargo, cuando
se introduce la relaci�n entre el derecho nacional y el internacional
en el debate, dado que lleva directamente a la discusi�n de la
soberan�a nacional frente al Estado global, en tiempos de la
intervenci�n militar de Estados Unidos en Irak.

La tercera dimensi�n del problema es la pragm�tica, es decir, la
interrogante acerca de que si los tres fusilamientos le benefician o
perjudican a la revoluci�n cubana. Y en esta discusi�n hay que tomar
en cuenta tres aspectos metodol�gicos que son fundamentales para la
calidad del juicio al que tal discusi�n conduce.

El primer aspecto metodol�gico se refiere al status l�gico de todo
juicio, acerca de lo conveniente o inconveniente del procedimiento
usado por las autoridades cubanas. Todo enunciado que afirma la
conveniencia de las ejecuciones para la causa cubana, al igual que
todo enunciado que sostiene que son contraproductivas, es hipot�tico,
porque se refiere a un escenario emp�rico del futuro. En este sentido,
ninguno de los dos tiene, a priori, la raz�n. S�lo en el futuro se
ver� lo acertado o lo equivocado de la medida.

El segundo aspecto metodol�gico ata�e a la base de informaci�n que
tienen las autoridades cubanas sobre esos secuestros, cual parte de
una conspiraci�n estadounidense para preparar condiciones de
intervenci�n militar en la isla. El lector com�n no dispone de esta
informaci�n. Y recordamos, que la calidad de un diagn�stico depende
tanto de los procedimientos y de la capacidad de an�lisis del sujeto
investigador, como de la cantidad y calidad de los datos disponibles.
La gravedad de la conspiraci�n y sus tiempos de implementaci�n no son
de nuestro dominio de conocimiento, pero probablemente s� del de las
autoridades cubanas.

El tercer factor metodol�gico se refiere a la calidad del analista. Y,
en este aspecto, no hay duda. Fidel Castro es uno de los mejores
analistas estrat�gicos del mundo, con una gran inteligencia, una
enorme capacidad de s�ntesis de lo esencial, una amplia cultura
general, una aguda comprensi�n del vector tiempo, una extraordinaria
experiencia de vida, una asombrosa capacidad para hacer alianzas y una
voluminosa base de datos.

Todos estos factores garantizan que la decisi�n de las ejecuciones,
que es una decisi�n de rupturas, no de alianzas, fue tomada en pleno
conocimiento del costo pol�tico que iba a tener en la opini�n p�blica
mundial.

Entre otros: a) la condena de Cuba en la Comisi�n de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas (ONU); b) una violenta campa�a propagand�stica
del imperialismo estadounidense para distraer de sus cr�menes en Irak,
secundada por el imperialismo europeo y sus gobiernos lacayos
latinoamericanos; y, c) un bonus propagand�stico para Washington, en
su preparaci�n psicol�gica de una intervenci�n militar en Cuba.

Este costo pol�tico de los fusilamientos para el gobierno cubano es
muy alto. La pregunta es, �porqu� Fidel estuvo dispuesto a pagarlo? La
respuesta sumaria es clara: el no haberlo hecho, hubiera significado
un costo pol�tico mayor. �Y cual hubiera sido? Enfrentarse en
condiciones m�s desfavorables a�n para Cuba, a la conspiraci�n del
imperio.

En el momento del secuestro, el microdrama del crimen ya estaba
indisolublemente vinculado a los preparativos propagand�sticos de la
agresi�n militar estadounidense contra Cuba. De hecho, no importa si
los secuestradores ten�an conciencia del papel que estaban jugando en
la pol�tica mundial o si involuntariamente hab�an entrado en una trama
mayor fuera de su control y competencia, al modo de la tragedia
griega; objetivamente se hab�an convertido en lo que los militares
estadounidenses llaman, una "base avanzada de operaciones" de los
preparativos b�licos de Washington contra Cuba.

Las declaraciones de altos funcionarios estadounidenses, incluyendo a
su embajador en la Rep�blica Dominicana y el hermano del presidente,
el gobernador de La Florida, Jeb Bush, en el sentido de que despu�s
del "�xito" en Irak, Washington debe acabar con el "r�gimen cubano";
la reducci�n dr�stica de las visas para cubanos que quieren emigrar y
la pol�tica provocadora del jefe de la Secci�n de Intereses de
Washington en La Habana, James Cason, hab�an llevado a la conclusi�n
en La Habana que Washington hab�a iniciado la construcci�n de la
log�stica para la intervenci�n b�lica. En una palabra, que la agresi�n
hab�a comenzado ya.

El fusilamiento de los secuestradores, al igual que la anterior
detenci�n y las dr�sticas condenas contra la quinta columna de
"periodistas independientes" en Cuba, ten�an, por lo tanto, un claro
fin: arrebatarle al enemigo la iniciativa estrat�gica y pelear la
guerra en los t�rminos de Cuba, no los del agresor.

Si la invasi�n a Irak era un claro "mensaje para Cuba", como dice
Washington, Fidel le envi� un mensaje no menos claro a los
neofascistas en la Casa Blanca y en La Florida: Ustedes han declarado
la guerra y los primeros de sus soldados han ca�do. Si siguen la
guerra de agresi�n, sus tropas de intervenci�n pagar�n un alto precio
en vidas humanas. P�renla, antes de que sea demasiado tarde.

Si esta estrategia puede detener los planes de los neofascistas, no se
sabe. Pero, en toda guerra, tanto la social como la convencional, los
contendientes procuran que los muertos los ponga el otro lado. Porque,
esta es la apocal�ptica esencia de la victoria en una guerra.

Ojal�, que el establishment estadounidense entienda que en Cuba se
enfrenta a uno de los mayores estrategas militares de la historia y no
a un inepto bur�crata con �nfulas de estratega militar, como en Irak.

Ojal�, que sepan descifrar el tr�gico mensaje de los fusilamientos,
para que no haya m�s derramamiento de sangre.


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5. Sabidur�a al rev�s
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 Roberto Bardini

El astuto califa Muawia, fundador de la dinast�a umaida en el siglo
VII, convirti� a Damasco en la capital del imperio, construy� los
primeros hospitales, orfanatos y manicomios de la historia e inici� la
�poca gloriosa del Islam. Muawia acostumbraba a decir:

"No utilizo mi espada donde alcanza el l�tigo, ni uso ell�tigo donde
es suficiente con mi palabra".

Suplante el lector tres t�rminos: "misil" por espada,"sanci�n" por
l�tigo y "negociaci�n" por palabra. E invierta el orden de la frase.

El resultado ser� m�s o menos as�:

"No negocio donde alcanza la sanci�n, ni uso la sanci�n donde puedo
utilizar el misil". As� se resume la sabidur�a del presidente del
planeta, quien recorri� varios hospitales para curar su afici�n al
alcohol y, si la historia es justa, terminar� internado en un
manicomio.

BOLET�N N� 96 - 15 de abril de 2003 [email protected]


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6. Foro bolivariano insiste en el camino de la revoluci�n en
democracia
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 Aram Aharonian*

Las denuncias contra la invasi�n de Estados Unidos a Irak, los planes
Colombia y Puebla-Panam�, y el �rea de Libre Comercio para las
Am�ricas (ALCA) se sucedieron en el reciente Encuentro Mundial de
Solidaridad con la Revoluci�n Bolivariana, que congreg� durante cuatro
d�as en Caracas a m�s de un centenar de intelectuales, sindicalistas,
religiosos, estudiantes, ind�genas, campesinos, pol�ticos y
periodistas de todo el mundo.

La prensa comercial, casi totalmente opositora, no pudo esconder la
multitudinaria concentraci�n realizada el domingo en la avenida
Bol�var, donde el presidente Hugo Ch�vez _a un a�o de ser repuesto en
su cargo por la sublevaci�n popular contra la breve dictadura-
denunci� las nuevas formas de colonizaci�n de los pueblos de Am�rica
Latina y la oleada liberadora e independentista que recorre
Latinoam�rica y el Caribe

"A los pueblos de este continente s�lo les queda la alternativa de
hacer la revoluci�n si quieren alcanzar la paz y la justicia", asever�
el mandatario al clausurar el Encuentro. "Para que ni�os, mujeres y
hombres no tengan que sufrir hambre o buscar en los basureros para
alimentarse y podamos vivir como hermanos, s�lo hay un camino el de la
Revoluci�n", a�adi� el presidente.

Afirm� que lo ocurrido en Venezuela es el preludio de lo que est�
ocurriendo y ocurrir� en el Continente y nadie, no importa su poder�o,
podr� frenar el impulso de los pueblos o impedir el desenlace.
"Cualquier otro camino, asegur�, nos llevar�a a nuevas derrotas,
frustraciones y traiciones", y conden� los intentos de establecer un
pensamiento �nico y la globalizaci�n neoliberal como soluciones.

Al criticar los programas del Fondo Monetario Internacional (FMI),
plante� que en Venezuela no lo quieren, y record� que ese organismo
fue el primero en anunciar su apoyo y ayuda econ�mica a los golpistas
de abril del 2002.

Creo que hasta hicieron un cheque a favor del gobierno de facto, pero
el dictador Pedro Carmona no tuvo tiempo de cobrarlo, y un soldado
patriota lo recibi� y lo lanz� al r�o Guaire, pues no necesitamos
d�lares enviados para comprar la soberan�a, agreg�.

Voceros del gobierno resaltaron que el reci�n concluido Encuentro
Mundial de Solidaridad con Venezuela sirvi� para demostrar la fuerza y
respaldo que tiene este proceso de cambio, a un a�o de la derrota del
golpe de Estado fascista.

Ch�vez, quien hizo insistentes llamados por la paz, asegur� que el
pueblo venezolano est� cada vez m�s organizado y listo para
movilizarse y derrotar cualquier intento, interno o externo, por echar
atr�s la revoluci�n bolivariana.

La prensa abunda igualmente en comentarios sobre los pronunciamientos
del l�der ind�gena y ex candidato a la presidencia de Bolivia, Evo
Morales, quien dijo que el proceso venezolano constituye una
alternativa para las naciones de este continente. En varias
intervenciones, Morales enumer� los mecanismos utilizados por Estados
Unidos para someter a las naciones de Am�rica Latina y entre los
cuales aparecen los planes Colombia y Puebla-Panam� y el �rea de Libre
Comercio para las Am�ricas (ALCA).

Seg�n Evo Morales, los dos primeros programas est�n orientados al
exterminio de los movimientos progresistas y sociales de orientaci�n
antimperialista y el ALCA -a�adi�- constituye una nueva forma de
colonizaci�n para esta regi�n.

El �xito de este Encuentro motiv� asimismo al mandatario venezolano a
anunciar una estrategia unitaria, con la realizaci�n en los pr�ximos
meses en esta capital de reuniones continentales de campesinos,
ind�genas y de estudiantes. Ch�vez, al anunciarlos, se�al� que
Venezuela est� a la vanguardia de la lucha contra el modelo neoliberal
y su actual proceso es una alternativa a ese programa, el cual
pretende borrar la soberan�a de los pueblos.

* Presidente de la Asociaci�n Latinoamericana para la Comunicaci�n
*Social y director del mensuario Question con Le Monde Diplomatique
ALAI - Agencia de informaci�n Frei Tito para Am�rica Latina


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7. Mumbai ser� sede del Foro Social Mundial 2004, en India
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La ciudad de Mumbai (ex Bombay) ser� la sede de la pr�xima edici�n del
Foro Social Mundial. Las diversas organizaciones indias est�n
organizando amplias consultas para escoger la fecha m�s apropiada para
la realizaci�n del evento, tom�ndose en cuenta tambi�n las necesidades
de infraestructura. La fecha tentativa es la de mediados de enero de
2004.

El d�a 9/4, se realiz� una gran consulta que reuni� cerca de 100
personas representantes de m�s de 60 organizaciones, incluyendo
sindicatos, organizaciones feministas, estudiantiles, individuos y
ONGs. En la consulta, se constituy� el Comit� Mumbai para el FSM2004,
que realizar� el d�a 12/4 una nueva reuni�n para tratar las
deliberaciones detalladas y finalizar la definici�n de papeles y
responsabilidades de los grupos funcionales.

La consulta se llev� a cabo luego de una reuni�n del Consejo General
Indio, realizada durante los d�as 7 y 8/4. Tambi�n se har� en Mumbai,
durante los d�as 19 y 20/4, una reuni�n entre el comit� de trabajo
indio y el comit� organizador indio propuesto. La agenda para esa
reuni�n incluye, entre otros puntos, la discusi�n sobre una propuesta
de formato del programa para el FSM2004, pol�tica en relaci�n al
financiamiento, la discusi�n de los papeles y tarifas del Comit� de
Trabajo Indio/Comit� Organizador Indio, el Consejo Internacional y de
la Secretar�a del FSM y la formaci�n de un grupo de solidaridad
asi�tico.

En esa reuni�n tambi�n se discutir� la formaci�n de un grupo para
preparar un encuentro con los integrantes de la Secretar�a del FSM, ex
Comit� Organizador del FSM en Brasil.

Las reuniones en Mumbai est�n abiertas a las organizaciones e
individuos que firmen la carta de adhesi�n al Consejo General Indio y
que participen con alguna contribuci�n financiera. Hay una
contribuci�n de 150 rands para la reuni�n, destinada a cubrir los
costos de almuerzo, t� y otros gastos con la organizaci�n de la
reuni�n.

M�s informaciones podr�n obtenerse a trav�s del e-mail:
[email protected]


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8.M�xico: Acuerdo Nacional para el campo
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Luego de tres meses de intensas negociaciones el gobierno mexicano y
los campesinos (representan en M�xico a unas 25 millones de personas),
llegaron a un acuerdo en temas agropecuarios, elaborando el ACUERDO
NACIONAL PARA EL CAMPO, documento pendiente de firma que si bien no
cumple todas las expectativas campesinas, es considerado como un logro
hist�rico.

El Acuerdo Nacional para el Campo incluye adem�s la renegociaci�n con
Estados Unidos y Canad� del Tratado de Libre Comercio de Am�rica del
Norte -TLCAN-, en algunas partes del cap�tulo agropecuario.
Principalmente la exclusi�n definitiva del ma�z blanco y el fr�jol,
base de la alimentaci�n del pueblo mexicano, del proceso de liberaci�n
comercial.

V�ctor Su�rez, l�der del Movimiento "El Campo No Aguanta M�s" y parte
negociadora, coment� a Contacto Sur -ALER- este 14 de abril, que "el
acuerdo fundamentalmente es para establecer una nueva pol�tica hacia
el campo y una nueva relaci�n entre el estado mexicano y la sociedad
rural". A�adi� que la nueva pol�tica "consiste en dejar la dependencia
alimentaria y sustituirla por una pol�tica de soberan�a alimentaria",
adem�s de revalorizar la peque�a y mediana producci�n que es la base
para la recuperaci�n del campo".

 www.aler.org.ec



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 Advertencia: Los documentos publicados no comprometen a la asociaci�n
ATTAC salvo menci�n en contrario. Pueden ser la opini�n de grupos
tem�ticos, personas u otras organizaciones. Se trata solamente de
aprovechar las experiencias y las ideas disponibles para poder
construir juntos ese otro mundo posible, para reapropiarnos de nuestro
porvenir.




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