inventivasocial on Tue, 17 Feb 2004 01:40:30 +0100 (CET) |
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[nettime-lat] DESLIZAMIENTOS |
Deslizamientos* Caer por una superficie lisa de mitos, oscilar sin aristas. Resbalar por un cuerpo inviable sin nudos donde guardar una pena o un rugido. * de Cristina Villanueva. [email protected] 1.Aqu�l, mi mundo anterior* Quisiera tener cien a�os Cien llagas reconstru�das Mil arrugas bien surcadas En la frente y las mejillas. Brazos flacos, flacas piernas Donde se noten las venas. Un sill�n de mimbre o ca�a Y un almohad�n de plumilla Donde pasarme la tarde En mi mundo de entretela. En mi mundo, mundo m�o, Cortinas de telara�as Impidiendo las visiones De aqu�l, mi mundo anterior: Un payaso, contorsiones, trapecistas Bailarinas, magos, artistas, conciertos, Trajines, hijos y amor. Quisiera tener cien a�os, Un rodete amarillento Un bat�n azul y blanco Con un fino cintur�n Un par de chinelas nuevas Y sentarme en la vereda Mirar todo, no ver nada... �Para qu�, si todo es nada y nada vale la pena? Quisiera tener cien a�os, Una aguja y un dedal Y dar puntadas a ciegas -como para distraerme_ que cien a�os ya son muchos y ha de estar cerca la muerte... * de Fanny Garbini T�llez. [email protected] 2.El t�o Aristo* No es que fuera mayor, pero acusaba ya el desd�n de sus largas correr�as en aquella especie de pose hier�tica, casi como parte integrante del mobiliario del viejo sal�n. Recuerdo al t�o Aristo desde los tempranos a�os, instalado all� en casa de los abuelos a la vuelta de uno de sus acostumbrados viajes, ellos lo recibieron como un regalo aunque de poca utilidad. En sus a�os j�venes caus� estragos en las cercan�as, seg�n la abuela debi� ser un aut�ntico gal�n, amigo de casas ajenas, pero h�bil a la hora de escurrir el bulto cuando el asunto se tornaba feo. En una ocasi�n en que ca� enfermo, uno de esos catarros infantiles en los que la fiebre te obliga a permanecer acostado en vacaciones, el t�o Aristo estuvo a los pies de mi cama durante dos d�as seguidos, brind�ndome su compa��a. Por entonces las noticias destacaban el avance tecnol�gico de la humanidad en su incursi�n espacial y en el televisor nos sorprend�an las im�genes de los astronautas en su tambaleante paseo lunar, algo impensable hasta la fecha. Sobre todo por las noches, el t�o Aristo me contaba sus inusitados proyectos a los que imbu�a de una original filosof�a, algo ins�lita, pero no por ello descabellada... Me aseguraba que alg�n d�a tambi�n �l alcanzar�a la luna, aquel ser�a su pr�ximo viaje. Lo cierto es que su compa��a me ayud� a espantar la maldita fiebre aquella que se hab�a propuesto amargarme el verano. Eran los tiempos del Instituto en la ciudad y de la casa de los abuelos en el pueblo. Luego, los a�os discurrieron implacables para todos. El t�o Aristo desapareci� un d�a y nunca m�s regres�. Sin embargo, siempre le tuve presente. M�s tarde, cuando hube de trasladarme y realizar los estudios universitarios lejos de mi tierra nada pod�a apartarle de mi mente, hasta el punto de que es su recuerdo mucho m�s fuerte que la ausencia de los dem�s seres queridos. S�, los abuelos fallecieron y la casa antigua del pueblo, v�ctima de las desavenencias familiares, qued� abandonada en una suerte fatal de soledad y ruina. Aunque nada existe en el pueblo hoy que me pertenezca ni merecedor de ser pose�do suelo visitarlo cada a�o y rememorar los caminos, el abeto que creci� o la fuente que a�n mana su caudal libre, fresca. Observo entre los desvencijados marcos de las ventanas, solitarias, en un intento por reconocer los rostros que en otro tiempo all� brillaron, temeroso a la vez por si vislumbro la faz de mi propia infancia. Escruto en lo alto el �tico, el viejo pajar, mientras la noche se posa sobre las tejas desordenadas y la luna, arriba, flota casi al alcance de la mano... Entonces, me cercioro de que estoy solo y, a media voz, lo llamo en un susurro: -...Aristo, Aristo ! No he podido olvidar su promesa ni tampoco la �ltima vez que lo v�, el t�o Aristo se estir� en una l�nguida contorsi�n antes de acicalarse los bigotes y, de un �gil salto, dej� el sill�n para salir por la ventana a su paseo por el tejado. Sin dejar de contonearse volvi� la vista atr�s para despedirse y, tras varios parpadeos seguidos, se march� maullando a la luna. * de Luis Tamargo. [email protected] 3.Oto�o prematuro* Miro llover, est� la tarde fr�a y gris. De oto�o prematuro se vistieron Las aves y las ramas Y he debido Cerrar ya las ventanas. Sobre el asfalto-acero Se han formado Sin l�mites, cien charcos Y una paloma imaginaria Recorre los contornos de mi espacio. La soledad se aplana Y se hace daga Clava su filo corvo a ras de cuello, Un h�medo cendal opaca los cristales Y ya no s� si llueve en la vereda. �Qu� sola est� la casa Y qu� silencio se enreda entre las l�grimas Que esperan y estaban predispuestas Para el cortejo final de mi tristeza! S� que una vez guard� la risa Al fondo de un armario Para que el d�a de mi muerte Alguien, piadosamente, La olvide aprisionada entre mis labios. *de Fanny Garbini T�llez. [email protected] Re-escribiendo noticias 4.Tres en el asilo* Gil y Matilde se conocieron en el asilo ("residencia", lo llamaban ahora) de Almendralejo, pueblo entre trigales durmiendo el letargo del invierno. �l ten�a 85 a�os y ella 82, pero al mes decidieron casarse, contra viento y marea. El cura era tambi�n capell�n del equipo de f�tbol del pueblo. En el asilo hubo men� especial con orquesta. Todos dijeron que hac�an una pareja fant�stica. Cinco dias despu�s, de madrugada, se oyeron gritos en el cuarto. Cuando la cuidadora lleg�, Matilde ten�a cinco cuchilladas, pero no vida. Gil comenz� a sospechar que alguien entraba en el cuarto en su ausencia. Incluso anteayer le hab�a roto el m�vil para que no pudiera hablar con nadie. Ahora, quiz� aliviado, esperaba a la polic�a en silencio. Encontraron el cuchillo bajo la ventana. Ten�a mango de pl�stico y una hoja de quince cent�metros. Gil lo conservaba desde sus tiempos de carnicero, y ahora lo usaba para cortar chorizo en las meriendas. Y se sinti� renacer cuando, tras veinte a�os, el hombre lo empu�� con el antiguo impulso. Pero enseguida comprendi� que esta vez era distinto. (descripci�n propia de un suceso publicado el 20 de Enero en el diario El Pa�s de Madrid) *de j u A n. [email protected] Correo: MARIO CAFIERO - Diputado Nacional, le env�a la siguiente invitaci�n: DEBATE PARA LA ACCION: �Que Deuda? Mi�rcoles 18 a las 19 hs. Teatro ND ATENEO - Paraguay 918 - Ciudad de Buenos Aires Disertaran: Diputado Mario Cafiero - Daniel Muchnick - V�ctor D'Gennaro Moderador: Eric Calcagno ORGANIZA NUEVA DIRECCION EN LA CULTURA Se proyectara un v�deo con partes del Juicio del Dr. Ballestero y tiras de Clemente. * noticia enviada por Silvia Mozeris. [email protected] Amor Virtual ( Novela multi-autoral por entregas ) Inventiva convoca a sus escritores y/o lectores a formar parte de un emprendimiento de comunidad literaria, que trascienda los estilos personales, donde todos colaboremos en la creaci�n art�stica. Pensamos en lanzar un proyecto literario que convoque a diferentes escritores a generar un texto com�n (una �nica novela), con un tema en com�n (una historia de amor -sea �ste logrado o fracasado-), pero cuyo estilo y desarrollo se vea determinado por las diferentes subjetividades que lo componen. Lanzamos la idea de una NOVELA VIRTUAL, en la que cada escritor ser� el autor de un cap�tulo entero de la misma -un eslab�n particular de la cadena literaria-, que determinar� a su vez la continuidad y desarrollo de la obra en general. MODO DE PARTICIPACI�N Podr� inscribirse todo lector / escritor que reciba la suscripci�n de INVENTIVA SOCIAL, y desee participar del proyecto, sin l�mites de edad o nacionalidad. Para ello, deber� enviar un e-mail solicitando una reserva en la lista de participantes a la siguiente direcci�n: [email protected] El mismo debe tener como t�tulo el nombre del proyecto: AMOR VIRTUAL. A la brevedad, le ser� respondido, inform�ndole cu�l es su lugar en la lista de participantes. La fecha l�mite de inscripci�n ser� el 29 de febrero de 2004 FUNCIONAMIENTO DEL PROYECTO Una vez armada dicha lista, suponiendo que �sta cuente con 10 autores (es un n�mero al azar), se proceder� de la siguiente manera: - El autor que figura al tope de la lista ser� informado por el coordinador del proyecto (ALDIMA) que ya puede comenzar a escribir su cap�tulo. A partir de la fecha de recepci�n del e-mail donde se le informa lo ya explicitado, el autor N� 1 dispone de 15 d�as para desarrollar su cap�tulo. Los eventos ficcionados quedan a libre elecci�n del autor, pudiendo elegir la trama y los personajes que su propio deseo literario le dicte. - La continuidad narrativa no tiene por qu� ser estricta. Cada autor puede seguir la l�nea narrativa que iniciara el autor precedente, o cambiarla de manera radical, retomando una l�nea que quedara suelta en cap�tulos anteriores o desarrollando una nueva. La historia no tiene por qu� tener una l�gica externa, salvo la de su propio desarrollo literario (con lo cual, el grupo de autores se exime de toda responsabilidad por el producto global que resulte de la experiencia) - Una vez conclu�da la redacci�n del cap�tulo 1, el autor N� 1 se lo env�a por e-mail a ALDIMA, quien a su vez lo reenviar� a Eduardo Coiro (para su edici�n en el newsletter), y le comunicar� al escritor N� 2 que ha comenzado su turno para participar en el proyecto. �ste posee del mismo plazo que el escritor N� 1 para conclu�r la redacci�n de su propio cap�tulo, es decir, 15 d�as. Una vez concluido, realiza los mismos pasos que ya realizara el autor N� 1, y as� sucesivamente hasta completar el listado de 10 autores. - Una vez completado el listado, y seg�n el desarrollo obtenido por la historia, del puesto N� 10 se vuelve al N� 1, por lo que el primer autor retoma la redacci�n luego de que otros 9 autores hayan moldeado sus l�neas iniciales a su antojo. - En caso de que un determinado autor no consiga tener listo el cap�tulo que le corresponde para su participaci�n en el proyecto, debe enviarle un e-mail a ALDIMA a fin de comunicarle tal eventualidad, a lo cual ALDIMA se comunicar� con el autor siguiente de la lista para informarle que le ha llegado el turno. Aquel que debiendo entregar su cap�tulo no lo haya entregado en tiempo y forma, ser� autom�ticamente retirado de la lista -sin posibilidad de reincorprarse-, continuando el proyecto con el autor siguiente. - Sugerimos entregar cada cap�tulo en un archivo de Word, escrito en tipo de fuente Comic Sans MS, tama�o 12, para su mejor visualizaci�n en el newsletter correspondiente. Debe quedar claro qui�n es el autor (su nombre real o seud�nimo) y cu�l es el n�mero del cap�tulo presentado. - Cualquier duda formal que se le presente a quienes deseen participar, as� como a los integrantes de la lista definitiva, deben comunicarse con ALDIMA ([email protected]) Cualquier duda en funci�n del desarrollo narrativo o estil�stico del texto en com�n debe ser resuelto por cada uno de los participantes. Los Esperamos , sabemos que vamos a contar con los compa�eros de la comunidad literaria de InventivaSocial * ALDIMA [email protected] *Eduardo Coiro. [email protected] InventivaSocial Plaza virtual de lectura y escritura Usina de Ideas Publicaci�n electronica de frecuencia diaria que se recibe por suscripci�n o recomendaci�n de amigos comunes. Para compartir escritos dirigirse a : [email protected] ( enviar en texto sin formato dentro del cuerpo del mail ) Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro. Recibes este correo porque eres uno de nuestros amigos. O porque tu direcci�n de correo electr�nico pertenece a un medio de comunicaci�n Y/ o editorial. O porque eres una personalidad de la cultura y las ideas que nos ha sido recomendada por alguno de nuestros amigos comunes y por eso est� tu direcci�n incluida en la lista de envio selectivo a la que llamamos "Personalidades, Medios y Amigos". 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