El Grano de Arena (Correo Informativo) on 1 Nov 2000 01:39:46 -0000


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[nettime-lat] [ATTAC] INFORMATIVO 60 - DATOS PARA REFLEXIONAR


EL GRANO DE ARENA
Correo de informaci�n de ATTAC n�60
Miercoles, 01/11/2000

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Breves

1. La deuda y la ley internacional:
Solicitar  ala ONU que requiera de la Corte Internacional de Justicia
un dictamen consultivo sobre la deuda externa conforme a los
principios del derecho internacional.

2.Sue�os de grandeza:
Argentina atraves� la era agraria, industrial y, ahora, global, con
sue�os de prosperidad rotos por crisis econ�micas y pol�ticas, esta
trayectoria ha sido profundamente analizada en el libro de Mario
Rapoport:" Historia econ�mica, pol�tica y social de la Argentina
(1880-2000)"

3. El Planeta en V�speras del siglo  XXI:
Datos del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD (1998) que no hacen
sino reconfirmar una vez m�s la inequidad.

4. Los Ultra-ricos:
Datos sobre las 225 personas m�s ricas del mundo por regi�n.

5. El le�n y la hiena:
para pensar

6. M�s sobre el Plan Colombia:
En entrevista exclusiva, el c�lebre cient�fico social estadounidense
Noam Chomsky comenta la intervenci�n de Estados Unidos en Colombia y
la revoluci�n bolivariana en Venezuela, que encabeza Hugo Ch�vez.

7. Brasil:
violencia contra los sin tierra: siguen las injusticias y la lucha



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1.- La deuda y la ley internacional
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Por Mart�n Lozada

Tal es la incidencia de la deuda externa en las econom�as de la regi�n
que el Parlamento Latinoamericano, acompa�ado por diversos foros
pol�ticos internacionales y medios acad�micos, impulsa la iniciativa
tendiente a que la Asamblea General de las Naciones Unidas solicite
una opini�n consultiva a la Corte Internacional de Justicia sobre los
aspectos jur�dicos de esas obligaciones.

Como ampliamente se ha reconocido, la deuda externa menoscaba y
condiciona toda posibilidad de desarrollo de los pa�ses
subdesarrollados, impactando en el nivel de vida de las poblaciones,
reduciendo las posibilidades de empleo, y socavando paulatinamente los
sistemas de salud y educaci�n. Tan es as� que las cifras escandalosas
a las que se ha arribado justifican la necesidad de profundizar los
aspectos jur�dicos del problema con la finalidad de encontrar, en el
Derecho, aportes hacia una soluci�n justa y equitativa que coadyuve al
progreso y bienestar de los pueblos de los pa�ses deudores.

En consonancia con este objetivo, los parlamentos Latinoamericano y
Europeo han solicitado a los estados miembros que tomen las medidas
tendientes a lograr el apoyo de otros pa�ses del mundo, a fin de que
la Asamblea General de las Naciones Unidas solicite a la Corte
Internacional de Justicia de La Haya un dict�men consultivo que
permita afrontar el problema de la deuda externa conforme a los
principios generales del derecho internacional contempor�neo (estatuto
de la Corte, Art. 38 c.)

La tesis que sostienen ambos parlamentos radica en que el alza de las
tasas de inter�s, decidida por el Federal Reserve Bank en 1980,
llev�ndolas del 6 al 22% en pocos meses, aplicada unilateralmente a
los acreedores y que ha elevado en forma desmesurada el monto de la
deuda externa, contraviene principios generales del derecho de las
naciones civilizadas, reconocidos como fuente del derecho
internacional en el Estatuto del Tribunal de la Haya.

Sostienen, adem�s, que esos aumentos arbitrarios de las tasas de
inter�s aplicados a los cr�ditos vulneran principios de derecho
interno, positivo y vigente. Entre ellos, los que reprimen la usura,
el abuso del derecho y el enriquecimiento il�cito; los vinculados a la
excesiva onerosidad sobreviniente de las prestaciones y su necesaria
equivalencia, la buena fe objetiva, la equidad y la inviolabilidad de
los derechos humanos, en particular, del derecho a la vida.

Resultaron de gran utilidad para el Parlamento Latinoamericano las
recomendaciones formuladas por dos ex presidentes de la Corte
Internacional de Justicia, los doctores Eduardo Jimenez de Ar�chaga y
Jos� Mar�a Ruda; este �ltimo inclusive recomend� que el pedido de
opini�n consultiva fuese formulado con car�cter "urgente y
prioritario". Se resumieron en dos las cuestiones a ser formuladas
ante la Corte: en primer t�rmino, aquella relativa al marco jur�dico
de derecho internacional en el cual se sit�an las obligaciones que
resultan de la deuda externa y su cumplimiento. Luego, la concerniente
a las consecuencias que producen sobre dichas obligaciones el aumento
imprevisto de los capitales y de los intereses.

El objetivo de ambos Parlamentos es que que la Corte Internacional de
Justicia, al responder al pedido de opini�n consultiva que haga la
AGNU, manifieste que la deuda externa es una cuesti�n regida por el
Derecho Internacional P�blico y declare, por ende, el car�cter il�cito
de las subas unilaterales e ilimitadas de las tasas de inter�s,
estableciendo los criterios legales para determinar lo que los
deudores ya han saldado realmente del capital y de los intereses, as�
como los montos a�n exigibles conforme a derecho.

Una opini�n consultiva que contemple el punto de vista de los deudores
abrir�a, adem�s, valiosas posibilidades de defensa procesal en
eventuales pleitos planteados contra los pa�ses deudores en situaci�n
de demora o cesaci�n de pagos. Esto ser�a v�lido ante los tribunales
de
pa�ses donde rige el sistema de derecho anglosaj�n, que aplican
directamente el

Derecho Internacional P�blico como ley del pa�s. Las opiniones
consultivas tienen, en principio, valor vinculante para los organismos
del sistema de las Naciones Unidas, entre los cuales se encuentran el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se comprende
entonces la importancia de una opini�n consultiva para el manejo del
problema por parte de los organismos financieros mundiales, quienes en
lo sucesivo deber�an tener en cuenta las pautas fijadas por la Corte.

Merece tambi�n considerarse que aun cuando tal hipot�tico
pronunciamiento favorable a los deudores no significar�, per se, una
disminuci�n o supresi�n autom�tica de la deuda, lo cierto es que el
prestigio moral y cient�fico del �rgano internacional que lo emite
producir�a una gran repercusi�n pol�tica ante las exigencias de los
acreedores, poniendo de manifiesto su arbitrariedad y falta de
sustento legal.

En suma, dar�a a los pa�ses en v�as de desarrollo un importante margen
de acci�n en sus negociaciones con la banca internacional y
retemplar�a el �nimo de las clases dirigentes latinoamericanas ante la
posibilidad de retomar el ansiado camino al desarrollo.

(*) Profesor de Derecho Intenacional - Universidad Fasta-Bariloche,
Argentina.


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2.Sue�os de grandeza
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Los quiebres del pa�s pr�spero

Argentina atraves� la era agraria, industrial y, ahora, global, con
sue�os de prosperidad rotos por crisis econ�micas y pol�ticas. Los
mitos y las encrucijadas de esas eras es lo que se analiza a partir de
la publicaci�n de una obra l�cida: Historia econ�mica, pol�tica y
social de la Argentina (1880-2000) cuyo autor es Mario Rapoport*

ISMAEL BERMUDEZ De la Redacci�n de Clar�n

Para gran parte de la historiograf�a criolla, hasta poco antes de la
Primera Guerra Mundial, la Argentina ocupaba una de las primeras
posiciones en el mundo. Era considerada como la gran promesa del siglo
XX. Y capitales e inmigrantes desembarcaban mieses y dinero como
ning�n pa�s del planeta. Aun hoy no faltan quienes con nostalgia dicen
que el abandono del r�gimen aperturista y librecambista de los albores
de la Organizaci�n Nacional -el modelo agroexportador- explica que la
Argentina est� rezagada incluso por debajo de pa�ses que un siglo
atr�s estaban en las �ltimas posiciones del ranking econ�mico mundial.
"La idea de que el pa�s estuvo alguna vez, hacia las primeras d�cadas
del siglo XX, entre los m�s avanzados del mundo por el nivel de vida
de sus habitantes" es uno de los primeros "mitos argentinos", se�ala
Mario Rapoport en las primeras p�ginas de la Historia econ�mica,
pol�tica y social de la Argentina (1880-2000).

�Qu� ocurri�, entonces, para que ese sue�o de potencia mundial no se
realizara? Luego de la Conquista del Desierto, hacia fines del siglo
XIX, las mejores tierras estaban ya repartidas y el desarrollo
agr�cola tom� un camino diferente al de los Estados Unidos. All�, la
guerra civil de mediados del siglo XIX -que termin� con el predominio
del norte industrialista sobre el sur esclavista- fue un factor de
unidad de su mercado interno y de impulso al desarrollo capitalista.
Al sur del r�o Bravo, la divisi�n en una veintena de pa�ses impidi�
que se creara un mercado amplio para asentar un desarrollo integrado.
En este contexto, en la Argentina predomin� la gran propiedad
latifundista, con una producci�n -carnes y en menor medida cereales-
orientada a las metr�polis europeas. Esto se logr� con "la apropiaci�n
completa de la regi�n pampeana" en la Conquista del Desierto, bajo el
mando del general Julio A. Roca. "En realidad ese r�tulo es un cruel
eufemismo, destinado a justificar la apropiaci�n de un territorio
supuestamente vac�o y desviar la atenci�n sobre la necesidad de
aniquilar o desplazar a sus ocupantes (el indio)", se analiza en la
obra. En verdad, las tierras conquistadas se encontraban en gran parte
distribuidas antes de la campa�a de Roca, porque las expediciones
militares se financiaron con un empr�stito internacional garantizado
por las tierras a conquistar. Hacia 1884, la totalidad de las tierras
pampeanas ya ten�a due�o, cerr�ndoles el acceso a las olas de
inmigrantes europeos que comenzaron a llegar a la Argentina. Esto, "en
el marco de una valorizaci�n s�bita de la tierra" -analiza Rapoport-
determin� que los sectores propietarios de tierra alcanzaran una
alt�sima participaci�n en el ingreso, lo que junto con el prestigio
social de su tenencia constituy� "uno de los elementos b�sicos de la
distribuci�n del poder en la Argentina". No menos importante fue la
afluencia del capital externo, al comienzo bajo la forma de
empr�stitos que sirvieron para financiar los gastos militares (Campa�a
del Desierto, Guerra con el Paraguay) y las compras de material
ferroviario o portuario. Las grandes exportaciones de carnes y
cereales, como granero del mundo, comenzaron en la d�cada del 90 bajo
el influjo del capital extranjero, especialmente brit�nico, que
financi� el tendido de esas redes ferroviarias y portuarias.

Desde el �ngulo pol�tico, la Argentina se caracteriz� a partir de 1880
por la coexistencia en su seno de dos rep�blicas: una rep�blica
abierta, como lo promet�a el pre�mbulo de la Constituci�n, que
proclamaba el imperio irrestricto de las libertades civiles y la
apertura m�s amplia hacia la inmigraci�n, y una rep�blica restrictiva,
en la cual las libertades pol�ticas estaban condicionadas por la
estructura del poder: era la conocida pr�ctica de los "gobiernos
electores", que sobre la base del fraude electoral sistem�tico tend�an
a asegurar la continuidad del r�gimen.

As� las cosas, la Argentina era, hacia 1914, un pa�s que miraba hacia
afuera, basado en el desarrollo de sus supuestamente inagotables
riquezas naturales y en la continuidad del endeudamiento externo. Que
aprovechaba econ�micamente su mejor recurso, la tierra f�rtil de la
Pampa H�meda, pero que estaba limitada socialmente por la estructura
de propiedad de la tierra. Que captaba todo aquello que el exterior
pod�a darle (capitales, mano de obra y hasta ideolog�as), pero que no
pose�a un modelo pol�tico que asimilara las posibilidades de la
inmigraci�n externa. Que se hab�a transformado en un importante
proveedor de alimentos en los mercados mundiales, pero que necesitaba
comprar, al mismo tiempo, los bienes manufacturados que el aparato
productivo existente no prove�a y el consumo de sus habitantes
requer�a. En otros t�rminos, se explica en la obra citada, "la
Argentina ya era un pa�s dependiente de las grandes potencias
industrializadas, sobre todo las europeas, y con una base productiva
unilateral y precaria". Como se�al� el especialista en historia
econ�mica Guillermo Vitelli, a pesar del �xito inicial del modelo, la
Argentina ten�a ya, despu�s de 1900, una dificultad para brindar a su
creciente poblaci�n "un bienestar similar al que comenzaban a lograr
los habitantes de Australia, Canad�, Estados Unidos y de los pa�ses
del norte de Europa".
  La crisis mundial de 1930 coloc� a la Argentina en una encrucijada.
La Gran Depresi�n, la contracci�n del comercio mundial y el
proteccionismo de los pa�ses avanzados le cerraron a la Argentina la
posibilidad de seguir vendiendo granos y carnes a Europa. La Argentina
pastoril, granero del mundo, abastecedora de carnes, estaba en coma, y
su agon�a llevar�a dos d�cadas cargadas de una profunda inestabilidad
econ�mica, pol�tica y social.

As�, bajo los golpes de la crisis mundial -un golpe de gracia al
modelo agroexportador lo dio la conferencia de Ottawa, en 1932, que
acentuaba el proteccionismo agrario de los pa�ses centrales-, la
Argentina inici� un proceso de industrializaci�n, alentado en gran
parte por las elites agropecuarias que hab�an perdido sus cuotas del
mercado mundial. Luego de un corto per�odo en el que el gobierno
surgido del golpe militar que derroc� a Hip�lito Yrigoyen trat� de
preservar las exportaciones de carne a Gran Breta�a, y ya firmado el
c�lebre pacto Roca-Runciman, que preserv� los intereses ingleses en la
Argentina, en agosto de 1933 se producir�a un importante golpe de
tim�n en la pol�tica econ�mica: Federico Pinedo fue nombrado titular
del Palacio de Hacienda. Y una figura que proven�a de las elites
conservadoras inici� "una activa participaci�n del Estado en la
regulaci�n y la reorientaci�n de la econom�a".

Pinedo, quien se rode� de figuras profesionales de renombre, como Ra�l
Prebisch, implant� el control de cambios, con un mercado oficial y
otro libre. Prosigui� con la tendencia iniciada en 1931 de crear
juntas reguladoras para proteger los intereses de diversas
actividades, como el sector cerealero, azucarero, textil,
vitivin�cola. De esa �poca fueron la Junta Nacional de Carnes, de
Granos, de Algod�n, de Yerba Mate y la de Combatir la Desocupaci�n.
"El prop�sito de esos organismos puede ser ejemplificado por la acci�n
de la Junta Reguladora de Granos, que compraba los cereales a los
productores a precios b�sicos -considerados m�nimamente rentables- y
los vend�a luego a los exportadores a los precios de mercado,
deprimidos por la crisis", se se�ala en la obra citada.

En 1935 se cre� el Banco Central, modificando de ra�z el sistema de
convertibilidad, que se hab�a revelado insuficiente para evitar la
fuga de oro o la devaluaci�n durante las crisis. "El grupo
Pinedo-Prebisch decidi� utilizar as� en la pol�tica econ�mica algunas
herramientas que se apartaban de las recomendaciones ortodoxas
tradicionales. (...) El grupo elabor� un programa para reactivar la
econom�a argentina, que conten�a instrumentos keynesianos orientados a
fortalecer la balanza de pagos e inducir, al mismo tiempo, una
expansi�n del ingreso y la producci�n nacionales." Fue la �poca de la
sustituci�n de importaciones, con la orientaci�n de producir en la
Argentina art�culos que tradicionalmente el pa�s importaba.

Pinedo volvi� a la jefatura del Palacio de Hacienda en 1940, durante
el gobierno de Ram�n Castillo, y volvi� a la carga con un Plan de
Reactivaci�n Econ�mica, elaborado por Prebisch y "considerado por
algunos como el primer proyecto formal de industrializaci�n de la
Argentina".

Sin embargo, esa industrializaci�n ten�a l�mites:

Los productos con que se inici� la sustituci�n de importaciones eran
frecuentemente copias de dise�os extranjeros rezagados con respecto al
desarrollo tecnol�gico internacional vigente.

El equipamiento de muchas plantas fabriles estaba compuesto de
m�quinas usadas con un alto grado de obsolescencia f�sica
ytecnol�gica.  Los establecimientos fabriles no ten�an
especializaci�n, armaban verticalmente los productos y abundaban los
criterios extraecon�micos en la compra de maquinarias y en la
contrataci�n del personal

Las industrias nuevas -automotriz, metalurgia, qu�mica- tuvieron
escasa participaci�n y el sector sigui� reposando en las ramas
tradicionales, como los alimentos y textiles.

Las ramas que se desarrollaron estaban vinculadas a producciones de
bienes de consumo final, marginando a las de bienes de capital.

Los industriales de la �poca no fueron emprendedores dispuestos a
cambiar la estructura del pa�s sino que fueron sectores vinculados con
la elite terrateniente que comenzaron a abogar de repente por el
despliegue de una industria nacional.

A modo de conclusi�n, Rapoport se�ala que "la industrializaci�n era,
entonces, un aggiornamento sofisticado de los intereses agropecuarios,
que se complementaba con la expansi�n de un conjunto de firmas
multinacionales, responsables de la instalaci�n de industrias no
tradicionales como la automotriz o la qu�mica. Pero el proyecto no
contemplaba avanzar mucho m�s all�, es decir, no pretend�a transformar
a la Argentina en una potencia industrial con alto grado de
integraci�n horizontal y vertical del aparato productivo. Por lo
tanto, la estructura industrial revelaba grandes vac�os en un conjunto
de ramas que, por su efecto multiplicador y por su importancia para el
despliegue de otros sectores, tienen un rol clave en un desarrollo
industrial autosostenido. Por esta v�a se cerraba tambi�n al
desarrollo local de tecnolog�a, fomentando una creciente dependencia
tecnol�gica y una nueva fuente de p�rdida de divisas, debido al pago
de regal�as y de asistencia t�cnica".

Una p�rdida que nunca se revirti�.

La globalizaci�n es la fuerza econ�mica internacional nueva,
arrolladora, capaz de transformar pa�ses y sociedades y extender los
avances cient�ficos y tecnol�gicos a toda la humanidad? "En los
�ltimos tiempos, una nueva antinomia, globalizaci�n versus pol�ticas
nacionales hace asumir a muchos la existencia de un proceso econ�mico
irreversible", plantea Rapoport en la Introducci�n. Y la Argentina,
por cierto, es uno de los pa�ses que m�s lejos fue en seguir el modelo
globalizador que comenz� a cobrar fuerza a fines de los a�os 80.
Rapoport no ve en la globalizaci�n una novedad sino un proceso m�s que
centenario.

As�, el autor cuestiona que la globalizaci�n constituya un nuevo
fen�meno econ�mico y social mundial y tambi�n que haya abierto una
realidad de progreso continuo. Objeta, adem�s, que semejante mito haya
acotado la posibilidad de explorar caminos alternativos en lo
socioecon�mico. Tambi�n que quienes levantan los dogmas del
pensamiento �nico se desatiendan de las consecuencias sociales de los
modelos que se implementan como la creciente brecha de ingresos, la
desocupaci�n o la pobreza.

En el libro se se�ala que el antecedente inmediato de lo que
actualmente se denomina globalizaci�n fueron los movimientos de
capital especulativo que se gestaron en los a�os 80 basados en
operaciones a futuro y derivados que constitu�an una econom�a virtual
o econom�a casino, con serios riesgos para la estabilidad financiera
mundial.

Seg�n Rapoport, la integraci�n del mercado financiero internacional no
hace otra cosa que consolidar tendencias concentracionarias del
capitalismo. El proceso benefici� sobre todo a quienes ya estaban en
la l�nea de partida: pa�ses y corporaciones que hab�an tendido sus
redes de transnacionalizaci�n.

Esto origin� inestabilidad y volatilidad. La aparici�n de los llamados
mercados emergentes reforz� esta l�nea que se expres� en las dos
crisis mexicanas ( 1982 y 1995) hasta la que puso en jaque al sudeste
asi�tico, en 1997.

El crecimiento econ�mico norteamericano de los a�os 90 no desmiente
las bondades de la globalizaci�n porque, seg�n Rapoport, el vigor
estadounidense "no se bas� en especial en los mercados internacionales
sino en su propio mercado interno, gracias a la expansi�n de la
demanda generada por el consumidor norteamericano. Ese desempe�o tuvo,
sin duda, por apoyo, el rol clave de la moneda estadounidense que le
asegur� al pa�s del Norte el financiamiento externo a trav�s de su
propia emisi�n monetaria. En la Uni�n Europea, aunque con tasas
menores de crecimiento, sucedi� lo mismo: el 90% de los ingresos de
los europeos provinieron de sus gastos".

La Argentina, por cierto, adhiri� a la globalizaci�n como uno de sus
alumnos m�s predilectos. El discurso globalizador mundial coincidi� en
la Argentina con el fin de la dictadura militar y el retorno a la
democracia. El poder econ�mico que hab�a cobrado fuerza con los
militares prolong� su predominio durante el alfonsinismo y vivi� su
apogeo en los a�os del menemismo.

"Desde junio de 1985 en adelante, m�s all� del desenlace ca�tico de
sus pol�ticas socioecon�micas, el radicalismo se mostr� permeable a la
participaci�n de los capitalistas y sus organizaciones en el proceso
de toma de decisiones. A partir de 1987, los planteos a favor de la
apertura econ�mica, las privatizaciones y de la disminuci�n de los
roles del Estado como asignador de recursos, apuntaron a modificar el
modelo de acumulaci�n en una direcci�n funcional a los intereses del
gran poder econ�mico." Eso no impidi� el desenlace traum�tico de 1989,
en medio de la hiperinflaci�n, la especulaci�n financiera, la crisis
social y el golpe de mercado.

El paso siguiente es m�s conocido. El gobierno de Carlos Menem
internaliz� la globalizaci�n. El eje fue el proceso de privatizaci�n
de las empresas p�blicas, por el que los acreedores externos
recuperaron en forma de activos parte de la deuda. Los grandes grupos
econ�micos de capital nacional y las grandes empresas transnacionales
participaron de esta liquidaci�n de activos p�blicos, adquiriendo
parte de ellos y asegur�ndose el control de un conjunto de mercados
oligop�licos.

Esta conjunci�n de intereses (no exenta de pujas por el acceso
privilegiado a determinadas posiciones) fue la que marc� las profundas
transformaciones en la econom�a producidas en los casi diez a�os de go
bierno.

Claro est� que esos cambios, como balance de la d�cada, muestran un
pa�s endeudado, con una hipoteca que no puede levantar, con d�ficit
fiscal, sin una inserci�n productiva y comercial, con una econom�a que
casi no crece y que carga con un alto desempleo, desigualdad social
creciente y una "pobreza en una trayectoria ascendente". En esta
encrucijada a�n seguimos.

*Mario Rapoport, preside el Consejo Acad�mico de ATTAC-Argentina.


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3.  El Planeta en V�speras del siglo  XXI
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Datos sobre la Situaci�n Econ�mica del Mundo

5.770 millones de personas habitan el planeta 1.150 millones viven en
el Norte, pa�ses industrializados 4.620 millones viven en el Sur,
pa�ses pobres, "en via del desarrollo"
1.600 millones se hallan en peores condiciones que hace 15 a�os
1.442 millones viven por debajo de los niveles de pobreza, es decir,
el 25% de la poblaci�n total 1.300 millones de personas tienen menos
de un d�lar por d�a para vivir,
110 millones en Am�rica, 970 millones en Asia, 200 millones en Africa
millones son analfabetos, de los cuales 600 millones son mujeres
1.000 millones viven sin agua potable 800 millones sufren desnutrici�n
cr�nica 500 millones de mujeres del mundo viven en pobreza extrema
200 millones de ni�os, menores de cinco a�os, est�n desnutridos
11 millones de ni�os mueren al a�o, por desnutrici�n 89 pa�ses est�n
en peor situaci�n econ�mica que hace 10 a�os
70 pa�ses tienen ingresos inferiores a los que tuvieron en las d�cadas
del 60 y 70
 En el Sur, hay un promedio de un m�dico por cada 6.000 personas,
mientras que en el Norte es uno por cada 350 personas

La Brecha Aumenta: Costo Anual adicional de lograr el acceso universal
a servicios sociales b�sicos en todos los pa�ses en desarrollo
(figuras en d�lares de EEUU)
:6.000 millones: ense�anza b�sica para todos 8.000 millones son los
gastos anuales de cosm�ticos en los EE.UU
9.000 millones para dar agua y saneamiento para todos
11.000 millones son gastos anualmente para helados en Europa
13.000 millones para salud y nutrici�n b�sicas 17.000 millones son
gastado cada a�o para alimentar animales dom�sticos en Europa y los
Estados Unidos
35.000 millones gastos en recreaci�n de empresas en el Jap�n
50.000 millones gastados cada a�o en cigarrillos en Europa
105.000 millones gastados en bebidas alcoh�licas en Europa
400.000 millones anualmente para drogas estupefacientes en el mundo
780.000 millones anualmente en el gasto militar en el mundo ver
informaci�n sobre los super-ricos
 Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 1998 de PNUD (Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo).


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4. Los Ultra-ricos
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Distribuci�n de las 225 personas m�s ricas por regi�n:

OCDE (pa�ses industrializados) 143
Asia   43
Am�rica Latina y el Caribe   22
Estados �rabes   11
Europa oriental y la CEI     4
Africa al sur del Sahara     2
Estimaciones nuevas indican que los 225 habitantes m�s ricos del mundo
tienen una riqueza combinada superior a un bill�n de d�lares, igual al
ingreso anual del 47% m�s pobre de la poblaci�n mundial (2.500
millones de habitantes).

La enormidad de la riqueza de los ultra-ricos es un contraste chocante
con los bajos ingresos del mundo en desarrollo:

Las tres personas m�s ricas tienen activos que superan el PIB
(Producto Interno Bruto) combinado de los 48 pa�ses menos adelantados.

Las quince personas m�s ricas tienen activos que superan el PIB total
del Africa al sur del Sahara.

La riqueza de las 32 personas m�s ricas supera el PIB total del Asia
meridional. Los activos de las 84 personas m�s ricas superan el PIB de
China, el pa�s m�s poblado, con 1.200 billones de habitantes.

Otro contraste sorprendente es la riqueza de las 225 personas m�s
ricas en comparaci�n con lo que se necesita para lograr el acceso
universal a los servicios sociales b�sicos para todos. Se estima que
el costo de lograr y mantener acceso universal a la ense�anza b�sica
para todos, atenci�n b�sica de salud para todos, atenci�n de salud
reproductiva para todas las mujeres, alimentaci�n suficiente para
todos y agua limpia y saneamiento para todos es  aproximadamente de 44
mil millones de d�lares por a�o. Esto es inferior al 4% de la riqueza
combinada de las 225 personas m�s ricas del mundo.

Los pa�ses industrializados tienen 147 de las 225 personas m�s ricas
del mundo y los pa�ses en desarrollo 78. Africa tiene s�lo dos, ambos
de Sud�frica.

Fuente: Forbes Magazine 1997 e Informe sobre
Desarrollo Humano 1998 de PNUD (Programa de las Naciones Unidas para
el    Desarrollo) Recuadro 1.3


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5. El le�n y la hiena
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Eduardo Galeano

Los poetas y los artistas del pincel y del cincel aman desde siempre
al le�n, que vibra en los himnos, flamea en las banderas y custodia
castillos y ciudades, pero a nadie se le ha ocurrido nunca cantar a la
hiena, ni inmortalizarla en la tela o el bronce. El le�n da nombre a
santos y papas y emperadores y reyes y plebeyos, pero no hay noticia
de que ninguna persona se haya llamado o se llame Hiena.

Seg�n los estudiosos de la vida de los bichos, el leon es un mam�fero
carn�voro de la familia de los f�lidos. El macho se dedica a rugir.
Las hembras se ocupan de conseguir la comida, un men� de cebras o
venados, mientras el macho espera. Cuando la comida llega, el macho se
sirve primero.. De lo que sobra, comen las hembras. Y al final, si
algo queda todavia en el plato, comen los cachorros. Si no queda nada,
se joden. La hiena, mam�fero carn�voro de la familia de los hi�nidos,
tiene otras costumbres. Es el caballero quien trae la comida, y el
come ultimo, despu�s de que se han servido los ni�os y las damas. Para
elogiar, decimos: Es un le�n. Y para insultar: Es una hiena.

�De qu� se r�e la hiena?

� Se r�e de nosotros?


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 6. M�s sobre el Plan Colombia
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Clinton, inund� a Colombia con armas, La guerra, es contra las
comunidades agrarias, dice el cient�fico social Noam Chomsky.

Por Heinz Dieterich Steffan

En entrevista exclusiva, el c�lebre cient�fico social estadunidense
Noam Chomsky comenta la intervenci�n de Estados Unidos en Colombia y
la revoluci�n bolivariana en Venezuela, que encabeza Hugo Ch�vez.

�Por qu� el viaje del presidente Bill Clinton a Colombia?

Colombia tiene una terrible historia de violencia, que ha durado m�s
de un siglo. En los a�os 60, esa violencia tom� un nuevo rumbo debido
a una fuerte intervenci�n del gobierno de John F. Kennedy, con
misiones de las fuerzas especiales estadounidenses que asesoraron a
las fuerzas armadas colombianas.

"Eso fue parte del proyecto general de Kennedy de convertir a los
ej�rcitos de Am�rica Latina en fuerzas de seguridad que controlaran a
su propia poblaci�n mediante la violencia. Se trataba del cambio de la
estrategia de la defensa hemisf�rica (reminiscente de la Segunda
Guerra Mundial) en las fuerzas armadas latinoamericanas, hacia la
seguridad interna, es decir, hacia la guerra contra su propia
poblaci�n.

"En Colombia, la misi�n de las fuerzas especiales estadounidenses
instruy� espec�ficamente a las fuerzas militares colombianas a formar
grupos de paramilitares, para llevar a cabo lo que llaman el 'terror
paramilitar' contra 'conocidos propositores comunistas (known
communist proponents)'.

"Propositores comunistas es un t�rmino muy amplio que puede incluir
campesinos organizados, l�deres sindicales, activistas de los derechos
humanos, intelectuales independientes, candidatos pol�ticos, cualquier
cosa; y esta pol�tica de organizaci�n del terror paramilitar, que
inclu�a el entrenamiento respectivo, llev� a una nueva fase de
violencia organizada del Estado: en parte a trav�s de los militares y,
en parte, a trav�s de los paramilitares, y esto ha continuado desde
aquella fecha.

"En los a�os 90, Colombia tiene, con creces, el peor r�cord de
violaci�n de los derechos humanos en el hemisferio occidental; esto se
debe a que el terrorismo de Estado masivo en los otros pa�ses se
redujo, de tal manera que Colombia saliera en primer lugar. De los
casi 10 asesinatos pol�ticos que se cometen cada d�a, el Departamento
de Estado atribuye la gran mayor�a, entre 70 a 80 por ciento, a los
paramilitares, que son muy cercanos a los militares. El resto se
atribuye a la guerrilla.

El problema de la droga
 "La guerrilla ha logrado desarrollar ahora una base sustancial en
gran parte de la poblaci�n, a tal grado que el gobierno ha cedido
b�sicamente una parte del pa�s a la guerrilla, que por otra parte
nunca ha estado integrada a Colombia. En esas regiones, los campesinos
han estado obligados, b�sicamente, a la producci�n de coca; no porque
alguien les haya puesto una pistola en la cabeza, sino porque
simplemente no hay otra forma de sobrevivir.

"Este problema se remonta a los a�os 50. Colombia ten�a producci�n de
trigo que fue socavada por agroexportaciones subsidiadas de Estados
Unidos, bajo la fachada de los 'alimentos para la paz' (food por
peace). En los 60, el Movimiento de Pa�ses No Alineados (Grupo de los
77) y la UNCTAD impulsaron la idea de formar un marco de referencia
para un nuevo orden econ�mico internacional, que beneficiara a la
producci�n de los campesinos pobres.

"Uno de los primeros programas que la UNCTAD trat� de implementar fue
la estabilizaci�n de los precios de sus productos, que oscilan en gran
medida seg�n la oferta y demanda, entre otros factores. Una mercanc�a
muy importante del comercio mundial de entonces fue el caf�, que
constitu�a una de las principales exportaciones de Colombia.

"Para el agrobusiness, las oscilaciones salvajes de los precios no
tienen mucha importancia, porque si el precio de una mercanc�a baja en
un a�o, ellos utilizan otras. Pero si eres un pobre campesino no
puedes decirles a tus ni�os 'no comas este a�o, quiz�s comamos el
pr�ximo'. Es decir, los precios que oscilan son devastadores para
peque�os productores.

"La propuesta de estabilizaci�n de precios de la UNCTAD, que concuerda
con lo que sucede en los pa�ses industriales ricos, como Estados
Unidos y la Uni�n Europa, que estabilizan constantemente los precios
internos, no fue permitida para el Tercer Mundo: se bloque�. Uno de
los efectos fue que la peque�a producci�n campesina se hiciera
inviable, y entre ella la de caf�.

"Naturalmente, de hecho casi necesariamente los campesinos se volcaron
hacia productos que eran viables, b�sicamente coca, mariguana y los
productos que en Occidente se llaman drogas ilegales. Despu�s lleg� la
represi�n, lo que llaman 'la guerra contra las drogas', y ahora todo
esto es una parte considerable del sistema socioecon�mico colombiano.

"El problema principal en Colombia, como lo ha sido durante largo
tiempo, es una situaci�n muy represiva en lo pol�tico y
socioecon�mico. B�sicamente, es un pa�s muy rico, pero gran parte de
la poblaci�n vive en una pobreza miserable. Tiene un sistema muy
brutal y represivo. Hace alrededor de una d�cada, el intento de
permitir partidos pol�ticos independientes, la Uni�n Patri�tica por
ejemplo, termin� en un desastre. Sus candidatos pol�ticos, alcaldes,
candidatos presidenciales etc�tera, fueron simplemente asesinados.
Estados Unidos no se dio cuenta de esto.

"Llaman a Colombia una democracia floreciente, sin importar que el
�nico partido pol�tico independiente fuera aniquilado por la
violencia. Lo llaman democracia, porque los partidos que sobreviven
son los de los empresarios (business parties), los que se adecuan a
los intereses de Estados Unidos.

"Tal situaci�n empeor� mucho m�s durante los a�os 90. Particularmente,
el gobierno de Clinton ha inundado el pa�s con armas e instructores
militares. Colombia recibe m�s armas y entrenamiento militar que
cualquier otro pa�s en el hemisferio, y junto con estos suministros
aumentan, por as� decirlo, de manera normal las atrocidades.

El Plan Colombia

"El plan actual consiste en extender esto muy significativamente,
d�ndole a los militares mil 600 millones de d�lares. El pretexto es la
guerra contra las drogas, pero es dif�cil encontrar un analista que
tome este pretexto muy en serio. Los paramilitares, al igual que los
militares, est�n metidos hasta las narices en el narcotr�fico y la
guerra no se dirige contra ellos.

"La guerra se dirige contra comunidades campesinas que se han vuelto
parte de las regiones dominadas por las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). Las FARC levantan impuestos sobre
el narcotr�fico, pero han indicado que estar�an muy contentas de
implementar un programa con cultivos alternos; de hecho, tienen un
programa social de este tipo.

"Recientemente, l�deres gubernamentales y de las FARC fueron a Europa.
Esto fue presentado aqu� en el sentido de que las FARC ten�an que ser
civilizadas y ten�an que presenciar c�mo funcionan los pa�ses
civilizados. Esto no es precisamente lo que pas�. Lo que pas� es que
el gobierno colombiano, y el estadunidense tambi�n si aceptara,
mostraron que tienen que ser civilizados para entender c�mo las
democracias sociales funcionan. Yo no s� si esto se logr�, pero si se
lograra, ser�a un gran paso adelante para Colombia y Estados Unidos, a
fin de que implementaran pol�ticas econ�micas y sociales m�s
constructivas.

"Sin embargo, el camino que emprenden es el financiamiento de los
paramilitares y militares, lo que llevar� a un mayor desastre. Justo
esta ma�ana, los peri�dicos reportaron nuevas matanzas de los
paramilitares en la regi�n de Medell�n, y esto se incrementar�, porque
los asesinos son del ej�rcito colombiano".

�C�mo influye Venezuela en el conflicto de Colombia?

A largo plazo, Venezuela ser� el m�s importante de los tres. Es un
pa�s muy rico, con enormes reservas de petr�leo. Fue un dominio de los
brit�nicos, hasta que Estados Unidos los expuls� en los a�os 20, bajo
el presidente Woodrow Wilson. Desde entonces, Estados Unidos ha sido
el poder dominante en Venezuela. De hecho, Venezuela fue el principal
exportador de petr�leo hasta los a�os 70 y todav�a es uno de los m�s
importantes para Estados Unidos. Tambi�n tiene recursos importantes en
otras materias que Estados Unidos ha explotado y, por lo tanto, no
ver� con buenos ojos que las cosas se salgan de control.

"De hecho, una de las informaciones poco conocidas sobre la crisis de
los misiles en Cuba revela que una de las principales preocupaciones
de los hermanos Kennedy consist�a en que si Cuba se volv�a demasiado
independiente, pod�a impedir los planes para una invasi�n
estadunidense a Venezuela que se contemplaba en aquellos tiempos,
debido a los movimientos guerrilleros y populares. Es decir, esto no
es un asunto que Estados Unidos toma a la ligera.

"Parte de la preocupaci�n sobre Colombia est� vinculada, de hecho, a
Venezuela. En este momento, la posici�n de Washington frente a
Venezuela es ambivalente. Me parece que nadie sabe con exactitud hacia
d�nde se dirige el proceso venezolano. Nadie sabe qu� parte del
discurso de Hugo Ch�vez es populista y qu� parte refleja una tendencia
hacia reformas sustanciales. Estados Unidos est� preocupado.

"Tambi�n existe un serio problema con las inversiones en la industria
petrolera, que han sido bajas, debido a la corrupci�n y a la mala
administraci�n de los �ltimos a�os, de tal manera que no puede
aumentarse la producci�n con la velocidad que le gustar�a a Estados
Unidos. Es decir, es una situaci�n compleja que Washington querr�
mantener bajo control y asegurarse de que no vaya en la direcci�n
equivocada".

�Hugo Ch�vez podr�a terminar como Salvador Allende?

Venezuela es un pa�s rico e importante, que tiene muchos problemas.
Sus problemas econ�micos son muy serios y existe una deuda interna
socioecon�mica que tiene que resolverse. Mucha gente sufre seriamente,
porque la riqueza del pa�s no llega a ellos. Si habr� esfuerzos serios
para cambiar esto con un programa popular de reformas, y si este
programa incluye tomar el control sobre los recursos del pa�s y
usarlos para tales fines, entonces Estados Unidos no estar�a muy
contento. Washington siempre ha estado en contra de esto. El grado de
su descontento depender� del nivel de cooptaci�n que logre.

"Ha habido situaciones de este tipo antes. Por ejemplo, en los a�os 50
la CIA estim� que las dos peores crisis para Estados Unidos eran
Bolivia y Guatemala. Ambos pa�ses ten�an gobiernos populares. En
Bolivia, el gobierno estaba en manos de un grupo trotskista-laborista;
en Guatemala, se trataba de los gobiernos democr�ticos de Juan Jos�
Ar�valo y Jacobo Arbenz. Y a Estados Unidos no le gust� ninguno de los
dos. Quer�a neutralizar y destruir a ambos. Pero lo hizo de maneras
muy diferentes.

"En el caso de Guatemala, simplemente organiz� una invasi�n militar
que derrumb� al gobierno y comenz� 40 a�os de terror masivo. En
Bolivia us� un camino diferente: esencialmente coopt� al gobierno, lo
que en cierto sentido fue sorprendente, porque t�cnicamente se trataba
de un gobierno marxista, de una dirigencia trotskista. Pero,
lentamente los integraron al sistema estadunidense y terminaron
subordinados al poder estadunidense. De hecho, �stas son decisiones
t�cticas".

�Importa para Am�rica Latina qui�n gane las elecciones en Estados
Unidos?

No, no mucho.

La Jornada, M�xico, D.F. martes 3 de septiembre del 2000
http://www.jornada.unam.mx/2000/sep00/000903/022n1mun.html


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7. Brasil: violencia contra los  sin tierra
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La semana pasada, en Rio Brilhante, estado de Mato Grosso do Sul del
Brasil), fueron asesinados dos dirigentes m�s del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en condiciones que muestran un
cambio radical en los m�todos de eliminaci�n tradicionalmente
utilizados por los latifundistas.

 En esta ocasi�n, los dirigentes sin tierra S�lvio de Souza (25 a�os)
y Romildo da Silva (36) murieron en manos de funcionarios de la
empresa de seguridad de la hacienda Engenho Novo, luego de haber sido
emboscados, amarrados y torturados.

Este recurso a una empresa de seguridad para reprimir y eliminar a los
sin tierra, seg�n el coordinador de la Comisi�n Pastoral de la Tierra
(CPT), Isidoro Rezes, constituye una se�al de que la violencia
articulada por la Uni�n Democr�tica Ruralista (que agrupa a los
latifundistas) "se moderniz�", precisando que esta nueva fase de
violencia en el campo se presenta m�s sutil y, por lo mismo, m�s
peligrosa, cuyos principales blancos son los dirigentes de los
movimientos por la reforma agraria.  En lo que va del a�o, seg�n los
registros de la CPT, 22 sin tierra murieron de forma violenta, contra
26 en los 12 meses de 1999.  En total, desde 1985, 1.180 trabajadores
rurales fueron asesinados, n�mero que es cuatro veces mayor al de los
muertos y desaparecidos durante el r�gimen militar.

Ante los �ltimos hechos, organizaciones de la sociedad civil emitieron
el comunicado que reproducimos a continuaci�n:

M�s sangre humana derramada en tierras sul-mato-grossenses

Mato Grosso do Sul (MS) est� humillado.  Una vez m�s, la ganancia, el
odio y la violencia del latifundio hablaron m�s alto.  Manos asesinas
atraparon, amarraron, torturaron y cobardemente ejecutaron a tiros a
dos l�deres sin tierra, que  desde hace 16 a�os resisten con sus
familias en barracas de lona, organizando la esperanza de un pueblo
que leg�timamente lucha por un pedazo de tierra para plantar, producir
y  sustentar a sus hijos.

La sociedad no puede callarse.  Somos uno de los Estados de Brasil con
el mayor n�mero de tierra improductiva, con 20 mil propiedades rurales
que ocupan 20 millones de hect�reas de tierra, en un universo de 35
millones de hect�reas en MS (el 1% posee el 60% de las tierras en el
Estado), mientras un contingente de hombres y mujeres pasan hambre,
abandonados a la propia suerte.  La funci�n social de la tierra es
vergonzosamente aniquilada por la especulaci�n, por el pensamiento
arcaico y ultrapasado de las elites ruralistas y por la subordinaci�n
del Gobierno brasile�o a los intereses del latifundio.

Es inadmisible que se acepte pasivamente tama�a arrogancia, estupidez
y cobard�a.  Es necesario que el Gobierno asuma el  compromiso con la
realizaci�n de la reforma agraria y con el fin de la impunidad en el
campo, pues �sta es la �nica forma de acabar con la violencia.
La Reforma Agraria es imprescindible para el desarrollo.  La Reforma
Agraria es uno de los imperativos de la democracia.  La Reforma
Agraria es m�s que un derecho, es una obligaci�n de los gobernantes.

De esta forma, nosotros, entidades de la sociedad civil, manifestamos:
- Solidaridad al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra y
otros movimientos campesinos, para que mantengan viva la lucha por la
justicia en el campo y por la reforma agraria.
- Repudido al gobierno brasile�o y al INCRA por la indiferencia ante
las reivindicaciones de los sin-tierras y por la inercia en la
realizaci�n de la reforma agraria y el combate a la impunidad.
- Repudio a los medios de comunicaci�n que distorsionan la verdad
sobre los movimientos de lucha por la Reforma Agraria y la causa
ind�gena.
- Repudio a las entidades vinculadas a los latifundistas, como el MNP,
que diseminan mentiras sobre la lucha en el campo.
- Repudio a la acci�n de la familia Coelho, que tiene una de las
mayores concentraciones de tierra en el estado y que hist�ricamente
usa medios violentos para mantener el latifundio.
- Repudio al INCRA, por la lentitud en asentar a las familias  sin
tierra, aumentando las tensiones en el campo.
                                                 Denunciamos:

- Que el crimen fue planeado y cometido por vigilantes de la empresa
Coes, que denunciaron como autora intelectual a Laura Costa Brito,
sobrina del senador L�dio Coelho. - Que contin�an las amenazas de
muerte a l�deres del MST, l�deres ind�genas, y de otros movimientos en
el campo.
- La indiferencia de las autoridades ante la desaparici�n forzada de
personas.
- El crimen de pistolerismo existente en el estado.
Exigimos:

-Empe�o, compromiso y responsabilidad del gobierno estadual en la
investigaci�n de los cr�menes, para que todos los ejecutores y los
autores intelectuales sean apresados. - Empe�o, compromiso y
responsabilidad del Gobierno de Fernando Henrique Cardoso en la
realizaci�n de la Reforma Agraria. - La extinci�n del COES y de toda
la milicia privada. - La limitaci�n del tama�o de la propiedad de la
tierra.
- Atenci�n especial de la justicia para que los culpables sean
ejemplarmente castigados y para que los responsables de la realizaci�n
de la reforma agraria sean debidamente exigidos.

Servicio Informativo alai-amlatina Agencia Latinoamericana de
Informacion





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