hoxy chicken on Tue, 18 Jun 2002 02:09:02 +0200 (CEST)


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la intenci�n no es dictar un tratado filos�fico, y
espero que no est�
demasiado extenso, ni demasiado enredado, pero
encuentro estos 
apartes afines a lo que se viene planteando.

saludos, nettimers!

liliana molina

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las citas evitan decir peor 
lo que otro ya dijo bien,
y adem�s muestran siempre
una direcci�n,
una preferencia
que ayuda a comprender
a que las usa.

Julio Cort�zar
(El ex�men)

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..."El "discurso" (se�alamos que, en Foucault, esta
palabra enga�osa no tiene justamente nada que ver
con lo que es "dicho" ni con tartas de crema de la
semiolog�a y la linguistica, sino que designa, por el
contrario, aquello que es preconceptual y no
dicho)"...

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..."hubo igualmente soluciones de compromiso, o mas
exactamente ilusiones de "lectura", porque el
cristianismo
agrega tambien una "doctrina del libro", una de esas
raras
estructuras que merecer�an un estudio, y donde se est�
seguro de antemano de lo que dice cierta palabra es
verdad.
Queda entonces por encontrar lo que ella dice.
Se busca y se encuentra siempre.
Se encuentra lo que cada �poca desea o puede leer como
verdadero, lo que esta presto a aceptar (el resto del
texto
incluso no se percibe porque cada uno solo percibe los
problemas que sabe resolver). Pero ya que la Palabra
dice verdad por definici�n, era eso entonces lo que
Ella
quer�a decir. Habr� entonces, en cada �poca, una 
lectura de la Palabra realizada sobre el patr�n de la
mentalidad
del momento que se encuentra en el texto transmutada
en revelaci�n.
Pero ocurre que los hombres carecen de la facultad de
ver
lo real: no perciben la contradicci�n que existe a
menudo
entre los dogmas profesados y la realidad de su
aplicaci�n.
Su pensamiento es esencialista:
tal sociedad ES cristiana, ES caritativa o casta, las
desviaciones (bastardos, ni�os exp�sitos) son
considerados
 inesenciales, no porque sean marginales sino porque
atentan
contra la norma esencial. Puede verse en ello una
necesaria
consesi�n que en el hombre del realismo es preciso
hacer
al mundo tal cual es o el efecto de un conflicto entre
imperativos
igualmente sagrados. Puede incluso llegar a no
percibirse la
contradicci�n entre norma esencialista y la realidad
considerada
esencial.
Creemos que la explicaci�n es doble:
(1). Toda idea general relativa al mundo social es una
construcci�n,
un ideal-tipo. Pero una construcci�n puede ser
verdadera o falsa.
Si es falsa, su falsedad no saltar� a la vista.
Percibimos el mundo f�sico y construimos, exacta o
inexactamente,
el mundo social.
(2). Pero poseemos buenas razones para hacernos a la
ilusi�n de 
verdad sobre nuestras construcciones en lo que
Nietzsche llama
idealismo, es decir, la necesidad vital de confundir
lo verdadero
y el bien, de confundir lo que es y lo que deber�a
ser. Esto es lo
que se llama impropiamente ideolog�a.
Durante XVIII siglos las sociedades han cre�do
responder a un mismo
modelo de moral sexual, del mismo modo que, despu�s de
algunos
milenios se piensa al invierno fr�o, al verano c�lido
y al oto�o lluvioso,
corriendo el riesgo de asombrarse si cada a�o, la
irregularidad de las
estaciones desmiente los modelos ideales de
estaciones.
Nos contentamos con considerar a esas irregularidades
por
excepciones inesenciales a la esencia de las
estaciones, o consideramos
reciente, moderno, decadente, al hecho de que ya no
haya mas 
estaciones y que todo no vaya tan bien como antes"...

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...(Deleuze y Guattari, rhizome, pag. 26  No.1)
"No hay concepto cuyo contenido se atribuya
exclusivamente (o en principio)
ya sea a individuos, ya sea a colectividades. Si el
concepto designa
verdaderamente una multiplicidad, se atribuye a las
sociedades seg�n
algunas otras, a individuos siguiendo otras. Y cada
cosa a la cual se 
atribuye es a su vez una multiplicidad, de lo
contrario no se trata de un 
concepto...

...Es absurdo entonces, afirmar que un r�gimen o un
individuo es
fascista o cristiano: ni este individuo ni el fascismo
son una sola cosa.
Dicho de otra manera, el cristianismo es un
conglomerado y el hombre
com�n tambi�n. La cuesti�n, entonces: 
�Qu� hay de abstracto, en el hombre com�n?  
Por ejemplo, el temor a la muerte. 
�Qu� ve de abstracto en el cristianismo? 
Por ejemplo, la seguridad.
De un individuo a otro, de una colectividad a otra, lo
abstracto en cuesti�n
no es lo mismo y lo abstracto del atributo cambia
tambi�n"....


Textos citados del libro
Amor, Familia, Sexualidad
Veyne. Guerrau-Jalabert
Ruiz Domenec. Sot.
Marcelo-Nizia. Tenenti.
Rossiaud. Perrenoud
Reunidos y Presentados por Arturo R. Firpo
Argot Compa�ia del Libro, S.A.
1984
pag. 30-55

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