[nettime-lat] Santiago Eraso, director de arteleku admira el movimiento art�stico andaluz.

[fran ilich <ilich@delete.tv>]

Muchos de los nuevos centros de arte se parecen a s� mismos"

ALICIA ALM�RCEGUI. 

http://www.diariodesevilla.com/pg031014/cultura/cultura299449.htm

Santiago Eraso. Director de Arteleku de San Sebasti�n. En los 15 a�os que
lleva al frente de este espacio de arte contempor�neo ha conseguido que se
convierta en un referente indiscutido. Eraso, que estuvo en Sevilla
inaugurando un curso de la Fundaci�n Aparejadores, admira el movimiento
art�stico andaluz (cita a Zemos, Os Favelados, la Fiambrera y BNW) y
reivindica el papel de las instituciones p�blicas como mediadoras
culturales. 

-Usted dice que Arteleku es una cosa rara. �Qu� es exactamente? -Arteleku es
un centro p�blico, est� en San Sebasti�n y depende de la Diputaci�n Foral de
Guip�zcoa y, por tanto, es un espacio protegido, en el sentido cl�sico de lo
que se supone que es la sociedad del bienestar; es decir, un lugar para que
la cultura tenga un espacio, recursos, medios y personas para poder
investigar y desarrollar trabajos de creaci�n contempor�nea.

-As� que no es un espacio expositivo sino un espacio de creaci�n
contempor�nea. 

-Tambi�n hacemos exposiciones.  No hay jerarqu�as en la organizaci�n.
Trabajamos sobre los proyectos, si el proyecto necesita una exposici�n se
hace. Arteleku es hoy d�a menos un centro de arte que un centro de cultura
contempor�nea, en la medida en que entendemos que el arte ya no es un
territorio aut�nomo, sino que est� enmarcado en un contexto m�s amplio,
donde la interdisciplinariedad es una necesidad.

-�C�mo se financia?

-Lo financia principalmente la Diputaci�n de Guip�zcoa, con ayudas puntuales
del Gobierno vasco. El presupuesto de 2004, a�n por confirmar, es de unos
722.891 euros, de los cuales gran parte se dedica a personal y
mantenimiento. Entre 360.00 y 480.000 euros es el presupuesto de proyectos.

-�C�mo se ha convertido en un referente nacional con tan poco dinero, en
comparaci�n con el presupuesto del Museo del Arte Contempor�neo de Barcelona
(Macba) o el Reina Sof�a?

-Porque siempre hemos trabajado desde la idea de lo peque�o. El formato nos
ha permitido trabajar con autonom�a. Si el proyecto hubiese sido m�s central
y hubiese reclamado la atenci�n de los pol�ticos, nos habr�a obligado a
trabajar en claves m�s espectaculares, menos de investigaci�n, m�s dirigidos
hacia los p�blicos y menos hacia los agentes culturales.

-Eso suena un poco ut�pico en una sociedad como la vasca en la que la
pol�tica tiene injerencia a todos los niveles.

-La pol�tica nos atraviesa a todos. Estamos condenados a vivir con sus
grandezas y sus miserias, y con su miseria m�s grave, el terrorismo. Pero yo
nunca he tenido una interferencia ideol�gica.

-Uno de los principios de Arteleku es trascender lo local. En este sentido,
acaban de firmar un proyecto conjunto con el Macba y la Universidad
Internacional de Andaluc�a (UNIA).

-S�, se llama Desacuerdos. Al Macba le interesaba hacer una revisi�n del
arte espa�ol de los �ltimos 30 a�os, una revisi�n a la luz y  las sombras de
las contradicciones que se han derivado del Estado y la iniciativa privada
(ARCO y otros fen�menos) y tambi�n intentando redibujar el mapa del Estado,
teniendo en cuenta las periferias. No todo pasa por Madrid o Barcelona,
tambi�n hay otras experiencias perif�ricas como la de Arteleku.

-De hecho, se est�n creando centros de arte contempor�neo por doquier.

-S�, pero todos se parecen a s� mismos (Vitoria, Castell�n, Zamora) y se
reproducen a s� mismos de una manera mim�tica. La diferencia que tiene
Arteleku y el grupo de Arte y Pensamiento, integrado por el Centro Guerrero
de Granada, la UNIA, la Fundaci�n T�pies de Barcelona, Witt de Witt de
Rotterdam y Arteleku, es que son proyectos que se distancian mucho de �stos.
Ni somos museos ni queremos hacer una colecci�n; queremos habilitar un
espacio reflexivo independiente para que el pensamiento pueda tener su
hueco. 

Las instituciones como el Macba, el Centro Andaluz de Arte contempor�neo o
Arteleku tenemos una responsabilidad para que la subjetividad no se canalice
inmediatamente a trav�s de lo privado, porque si es as� se convierte
autom�ticamente en publicidad y espect�culo. Creo que las instituciones son
unas herramientas de los ciudadanos que deben crear espacios culturales
aut�nomos. 

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